Sacerdotes en comunidades apartadas son blanco fácil y viven bajo presión por parte del crimen organizado , advirtió la Arquidiócesis primada de México.

A través del editorial del semanario religioso Desde la fe, la Arquidiócesis encabezada por el cardenal Norberto Rivera señaló que mientras se consumen fuerzas y recursos en campañas políticas y el sostenimiento de partidos, "la violencia hace metástasis en las zonas más deprimidas y pobres".

El artículo titulado "El país se desangra", afirmó que el obispo de Chilpancingo-Chilapa, Monseñor Salvador Rangel Mendoza , se reunió el pasado 28 de mayo con miembros de la delincuencia para acordar garantías de seguridad para continuar realizando sus actividades evangelizadoras en la región.

"Muchos sacerdotes, en comunidades apartadas del país, son blanco fácil y viven bajo la gran presión del crimen organizado que les impide realizar su misión evangelizadora, prohibiéndoles incluso pronunciar la palabra 'narcotráfico' o hacer algún cuestionamiento que ponga de manifiestó su inmoral actuación, pues lo pagan con la vida".

"Mons. Rangel Mendoza dijo que habría entrado en pláticas con los delincuentes provocando la molestia de autoridades que han enarbolado el discurso triunfalista de 'que todo va bien, de que no ha problemas ni dificultades, pues en el fondo lo que se busca es ocultar la verdad'", reprocha el editorial.

Justificó la intervención del clero para detener el control del narcotráfico como una reacción ante el "vacío de poder institucional".

EL UNIVERSAL informó que el mismo día en que el obispo Rangel Mendoza se reunió con integrantes del crimen organizado, 10 pueblos guerrerenses tomaron las armas en el municipio de Mezcala para detener los asesinatos, secuetros, extorsiones, robos, balaceras y frenar la llegada de grupos criminales.

El obispo

advirtió que a la entidad están llegando grupos delictivos de otros estados provenientes del Estado de México y Michoacán.

cfe

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