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Una maleta terminó con 15 años de trabajo para Patricia en la casa de Alejandra Barrales Magdaleno, la dirigente del PRD, quien presuntamente la despidió de manera injustificada sin darle liquidación por todos los años de trabajo.

Patricia García comentó que en diciembre de 2015 terminó su relación laboral con la dirigente perredista, luego de que ésta la acusara de robarse el contenido de una maleta. La trabajadora del hogar aseguró que nunca tuvo conocimiento del contenedor y mucho menos de lo que había en su interior.

“Me acusó de haberme robado lo que tenía una maleta, pero yo nunca supe que tenía. Me dijo que si no aparecía el contenido de la maleta le iba a llamar a la policía, que me fuera porque unos policías me estaban esperando. Me amenazó para que no me acercara a su casa, que no anduviera por su calle”, dijo.

Explicó que en todo el tiempo que trabajó con Alejandra Barrales Magdaleno nunca tuvo problemas con ella ni fue víctima de maltrato, únicamente tuvo el incidente de la maleta, motivo por el cual se quedó sin trabajo ni liquidación: “Era una persona amable, siempre se portó bien conmigo, era mi amiga, sólo ese día de la maleta, quién sabe qué tenía dentro para que se pusiera así”.

Durante los 15 años de trabajo con la líder del partido del sol azteca, sus funciones consistían en hacer la limpieza general de la casa, que se ubicaba en la colonia Del Valle, aunque a veces también lavaba la ropa. Desde su labor como trabajadora del hogar presenció la trayectoria de Barrales Magdaleno desde que era sobrecargo hasta su ascenso en el PRD.

Patricia destacó que no denunció el hecho antes por temor a sufrir alguna represalia, pero ver a su antigua patrona en la televisión la motivó a dar a conocer su caso: “La veo promoviendo los derechos de los trabajadores y de las mujeres, dice cosas que no son, por eso me animé a decir lo que pasó”.

Cuando estuvo al servicio de la dirigente del partido del sol azteca su sueldo era de 350 pesos diarios, trabajaba en un horario de 9 de la mañana a 5 de la tarde, no tenía ningún tipo de prestación, ni siquiera vacaciones, únicamente a fin de año recibía entre mil 500 y dos mil pesos como aguinaldo.

Comentó que el trabajo del hogar no es valorado: “Muchas veces dejamos nuestras vidas en esas casas, dejamos a nuestros hijos para ir a trabajar y al final no nos dan nada”.

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