El desempleo es el fantasma que nos aterroriza en cada crisis económica, por lo que la sociedad debe esforzarse por ayudar a los ciudadanos para que encuentren un trabajo bien remunerado, afirmó el cardenal Norberto Rivera Carrera.
Al pronunciar su homilía dominical, el prelado comentó que la falta de empleo genera "dramas morales y psicológicos", puesto que el desocupado se siente "inútil"; frente a esta tragedia llamó a impulsar las rectificaciones necesarias al sistema económico para la creación de fuentes de trabajo bien remuneradas.
"La falta de trabajo, la desocupación, que considero un fantasma que nos aterroriza en cada crisis económica, y nos aterroriza porque hace imposible sacar adelante a la familia; la sociedad por su parte, debe esforzarse, según sus propias circunstancias, por ayudar a los ciudadanos para que logren encontrar la oportunidad de un suficiente trabajo", afirmó.
Destacó que la remuneración del trabajo debe permitir al trabajador y su familia una vida digna en el plano material, social, cultural y espiritual; además de que debe considerar el puesto de trabajo y la productividad de cada uno, así como las condiciones de la empresa y el bien común.
Rivera Carrera enfatizó que se debe crear conciencia de que el pago de impuestos debe ser "un instrumento eficaz para la justa distribución de la riqueza que México está produciendo y de que sólo con el justo pago y el recto uso de los impuestos será posible llevar los servicios básicos a los más necesitados".
"Debemos mostrarnos agradecidos a los miles de trabajadores que con su trabajo silencioso y constante hacen posible que México esté en pie; debemos aplaudir y premiar fiscalmente a aquellos que en medio de la crisis se muestran verdaderos empresarios", subrayó.
El arzobispo primado de México destacó que los cristianos deben adoptar una postura "positiva de misericordia y no de huida de los problemas terrenos", desde una perspectiva en la que actúen con responsabilidad "desde una visión de servicio al bien común, colaborando con nuestro pequeño grano de  arena a la edificación de una sociedad y de una Iglesia mejores cada día; siendo misericordiosos como nuestro Padre Celestial es misericordioso", expresó.
Resaltó que para la Iglesia el trabajo es como “la clave de la cuestión social”, por lo que el trabajador no es percibido como  una fuerza de trabajo, sino como "un hijo de Dios que se realiza en el trabajo". Indicó que el trabajador es para su familia el medio de subsistencia, por lo que a través de su trabajo el hombre "hace un servicio, puede practicar la verdadera caridad y cooperar al perfeccionamiento de la creación divina".
"Estamos persuadidos de que, con su trabajo los hombres se asocian a la obra redentora de Jesucristo, quien dio al trabajo una dignidad insospechada laborando con sus propias manos en Nazaret. De aquí se deriva para todo hombre el deber de trabajar, así como el derecho al trabajo. Así es como se hace realidad la misericordia y no sólo dando un donativo o una limosna".
Previo al inicio de la misa dominical el Rivera Carrera cerró la Puerta Santa de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, como símbolo del término del año del Jubileo de la Misericordia.

lsm

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