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Tuxtla Gutiérrez, Chis.— A lo largo de 45 años ha hecho todas las bancas para la parroquia de San Fernando, en el barrio de Caipoqui, Chiapas, región en la que vive. Es también predicador en la Escuela de Catequistas de Copainala. “Llevo 45 años sirviendo como evangelizador en la Escuela del Ministerio Laical y soy diácono permanente”, comenta.

Las manos de Manuel Pegertino, marcadas por las cicatrices del trabajo artesanal que realiza, hoy dan forma y pulen La Sede, la silla en la que se sentará el papa Francisco el próximo 15 de febrero en la visita que realizará a Tuxtla Gutiérrez, en el Encuentro con las familias de México.

La silla de madera llevará el Escudo Papal con el lema: “Lo miró con misericordia y lo eligió”.

Es un hombre de 61 años, casado con Martha Laura y padre de siete hijos. Es creyente, cercano a la Iglesia desde pequeño; sus padres practicaban la religión católica, formación que lo hizo catequista.

Su padre fue laudero, comenta, hacía instrumentos en madera. Él, de cierta forma, siguió la tradición. Son aproximadamente 100 las bancas que ha labrado a mano, además de las puertas, ventanas y el retablo donde está El Santísimo.

No utiliza para como carpintero ninguna herramienta industrial; en su caso, todo es artesanal.

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