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En México existen alrededor de 50 empresas blindadoras de vehículos, pero aunque hay una ley antilavado, la falta de regulación dificulta saber si las unidades a las que se le hace algún trabajo pertenecen al crimen organizado, dice Mauricio Garibaldi, director comercial de Blindajes Alemanes.

En entrevista con EL UNIVERSAL, afirma que ante la inseguridad que se vive en el país, el mercado del blindaje de vehículos va en aumento, aunque reconoce una baja por el tipo de cambio que afectó a la industria.

Indica que entre sus clientes están dependencias como la Policía Federal (PF) y los gobiernos estatales, que están adquiriendo un vehículo táctico para enfrentar al crimen organizado.

Detalla que hacen adecuaciones a unidades de diversas marcas, desde un Passat, un Jeep, camionetas Tahoe, Suburban y Range Rover, principalmente. También hay carros no comunes en el país, como un Maserati.

El empresario destaca que no sólo los vehículos de funcionarios son los que se protegen; ahora los pequeños y medianos empresarios también buscan ver por la seguridad de su familia ante los llamados “cristalazos” en los semáforos.

No obstante, el precio del nivel de blindaje más vendido, el número 3, que es de 34 mil dólares, no está al alcance de todos.

El nivel 3 es para proteger las unidades de ataques con armas cortas. Tiene ocho capas de fibra y acero de tres milímetros. Con eso se cubre la norma estadounidense.

Este blindaje aguanta hasta una Magnum 44, que es el arma más agresiva de las cortas. “Ese nivel lo utilizamos para el asalto urbano”, comenta el empresario.

¿Qué es Blindajes Alemanes?

—Es una compañía que tiene 20 años en el mercado mexicano. La tecnología alemana la hemos adaptado a las necesidades y el mercado latinoamericano. Somos la única compañía en México que hace las pruebas balísticas sobre los vehículos: se les meten aproximadamente 230 impactos y eso nos ha hecho aprender sobre la trayectoria de los proyectiles para hacerlos más seguros.

¿Quiénes buscan blindar sus unidades en México?

—Hace años se pensaba que el blindaje era sólo para altos funcionarios; hoy no es así. Nosotros tenemos muchos clientes que están diversificados. Por ejemplo, una persona que tiene cadenas de carnicerías; aquellos que tienen cadenas de estéticas, dueños de compañías y funcionarios.

¿Cuánto cuesta el blindaje para un vehículo?

—Un nivel 3 en el mercado está, en promedio, en 34 mil dólares.

¿Entonces no está al alcance de todos hacerlo?

—No; pero sí hay un porcentaje importante de particulares que blindan su vehículo.

Menciona que particulares buscan el blindaje. ¿Saben a quién le están blindando el vehículo; es decir, le pueden estar blindando a la delincuencia organizada?

—La ley antilavado nos ayuda a evitarlo. Tenemos la obligación de identificar a quién le estamos vendiendo el blindaje; es muy difícil saberlo, y lo que hacemos, como lo indica la ley, pedir una serie de documentación y la reportamos a [la Secretaría de] Hacienda todos los meses. Si ellos detectan [algo irregular] entonces hacen una investigación más profunda.

¿Qué niveles manejan y cuál es su resistencia?

—Vamos del nivel 3 hasta el 9; lo comercial es hasta el 5. El nivel 3 es para armas cortas, tiene ocho capas de fibra y acero de 3 milímetros, con eso se cubre la norma estadounidense.

Ese nivel aguanta hasta [disparos de] una Magnum 44, que es el arma más agresiva de las cortas. Ese número de blindaje lo utilizamos para el asalto urbano.

El nivel 4 resiste impactos de AK-47, conocida como cuerno de chivo; el nivel 5 resiste todas las armas largas y además cubre la bala M193, que es la más común que existe en México en el crimen organizado.

¿Qué blindaje es el que más se vende en el país?

—El nivel 3. Digamos que es 60% de la venta; el otro 40% son de los niveles 4 y 5.

¿Cómo se ha comportado el mercado del blindaje?

—En los últimos 10 años se cuadruplicó, pero de 2014 a lo que va de 2017 hubo una caída por el tipo de cambio; 90% de los materiales que se utilizan son importados. A finales de 2015 y principios de 2016 hubo una caída muy prolongada en la industria. En 2016 se reporta una caída de 6%. En ese año se blindaron 2 mil 500 vehículos, y en el año 2015 fueron 2 mil 700.

Cuéntenos  acerca del vehículo táctico que han desarrollado...

—Tenemos dos unidades tácticas: el Miura y el Huracán.

Todo el desarrollo es logrado por nuestro departamento de ingeniería, es 100% mexicano. Resisten hasta un calibre 50, y tenemos otra unidad que se llama Huracán, que resiste balas semiperforadas.

¿A quiénes le están vendiendo estos vehículos?

A la Policía Federal, a otras policías de los estados. Incluso a empresas dedicadas al traslado de valores; está dando buenos resultados.

¿Cómo se espera el comportamiento de este mercado en el año?

—En los últimos seis meses tuvo un repunte; creemos que es por la misma inseguridad en el país que se vive.

La inseguridad está haciendo que la gente tenga prioridad de cuidar a sus familias, su integridad.

¿Cómo darse cuenta de que el blindaje que ofrece una empresa es bueno?

—Existen más de 50 blindadoras en México, es fácil que un cliente pueda ser engañado porque es un mercado que no está regulado. De esas 50 empresas, sólo siete pertenecen a la Asociación Mexicana de Blindadores de Automotores (AMBA). Lo que hay que hacer primero es que la blindadora pertenezca a la AMBA, porque ahí se siguen ciertos lineamientos y normas que garantizan mayor seguridad; que se les permita acudir a las plantas para ver lo que les van a poner y que los ángulos a 45 grados en el vehículo estén cubiertos con el blindaje.

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