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Bruselas.— La vigilancia de cada cuatro horas por la noche a la que es sometido Joaquín El Chapo Guzmán en el centro de máxima seguridad de El Altiplano, no forma parte de un protocolo internacional para evitar fugas de presos, dio a conocer el International Centre for Prison Studies (ICPS, por sus siglas en inglés).

“Hasta dónde sabemos no existe un protocolo que diga que un preso debe ser despertado con regularidad para evitar que se fugue”, dice a EL UNIVERSAL Helen Fair, investigadora del ICPS.

“No creemos que por motivos de seguridad operativa exista una justificación para ésta medida”, agrega.

El International Centre for Prison Studies —un organismo asociado a la Escuela de Derecho Birkbeck de la Universidad de Londres— es reconocido por instituciones gubernamentales internacionales, entre otros, por su extensa base de datos sobre población penitenciaria a nivel mundial y el desarrollo de manuales para la gestión de prisiones, bajo un enfoque de respeto a los derechos humanos.

Fair sostiene que la clave para evitar que el narcotraficante se escape por tercera ocasión está en el profesionalismo del personal penitenciario y no en medidas represivas.

“Es claro que el profesionalismo del personal es un factor importante en la prevención de escapes”, indica.

“Se cree que en la fuga de El Chapo estuvieron involucrados varios miembros del personal, por lo que ese debería ser un asunto prioritario para prevenir que se vuelva a escapar”.

El análisis de la investigadora coincide con los lineamientos difundidos en el Manual de Naciones Unidas para el Manejo de Incidentes en Prisión 2013. “A menudo se dice que es el personal de las prisiones el que evita fugas e incidentes, no las barras y las cerraduras”, de acuerdo con el documento.

“El personal de la prisión debe entender que la interacción con los presos de una manera humana y equitativa mejora la seguridad y el buen orden dentro de una cárcel”.

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