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La Procuraduría General de la República (PGR) agotará el análisis de todas las muestras óseas que se obtuvieron del basurero y del río San Juan, en el municipio de Cocula, Guerrero, para esclarecer lo que ocurrió a los 43 normalistas de Ayotzinapa, desaparecidos desde el 26 de septiembre de 2014.

En entrevista con EL UNIVERSAL, la coordinadora general de servicios periciales de la PGR, Sara Mónica Medina Alegría, comentó que a la brevedad se enviarán las muestras que consideren puedan servir para que la Universidad de Innsbruck aplique la nueva técnica, y ver si se puede rescatar ADN de los fragmentos que fueron calcinados.

“Se hizo una segunda revisión de todo para ir descartando y determinar si aún existe alguna muestra para enviar a Innsbruck, y por instrucciones de la procuradora se hace un tercer muestreo ahora, incluyendo —en caso de que así lo consideren— al grupo de investigadores expertos junto con el equipo de antropología forense que ha estado trabajando en la Coordinación General de Servicios Periciales, haciendo la revisión y la inspección de los restos”.

¿Y cuánto tiempo tardaría?

—Tenemos que hacerlo a la brevedad; esto ya no puede seguir esperando.

Luego de aclarar que los dictámenes de la Universidad de Innsbruck y el del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) están enfocados en temas distintos, la experta aseguró que los resultados de la institución de Austria son totalmente confiables.

“Son dos tipos de dictámenes diferentes, la Universidad de Innsbruck nos está manejando datos sobre genética y el Grupo independiente fue otro tema; son totalmente confiables los resultados, la universidad es altamente prestigiada en ese tipo de estudios”, puntualizó la funcionaria.

Medina Alegría señaló que entre las muestras se encontró una que corresponde a Alexander Mora Venancio, quien está identificado; mientras que en el caso de Jhosivani Guerrero, el resultado también es positivo en el cotejo genético con su madre.

Reiteró que, al igual que sucedió con Alexander, ya no hay más muestra porque se consume durante todo el análisis y más cuando pasó por tres técnicas diferentes: ADN nuclear, ADN mitocrondial y la técnica de secuenciación paralela masiva.

La universidad —comentó— está utilizando la técnica innovadora, es la única institución que lo está haciendo a nivel forense, y ya se había advertido de que las muestras se consumirían durante el análisis, pero la decisión que se tomó es que se continuara para no dejar resquicio de algo que no hubiéramos hecho por tener la identificación.

¿Estos 17 fragmentos, al pasar por la tercera técnica, desaparecen?

—Exactamente.

¿Con Alexander no hay duda de que se trate de él?

—Así es.

¿Y cómo comprobar que el fragmento formaba parte del cuerpo de Jhosivani Guerrero?

—Por ello llevaremos a cabo la búsqueda de otros huesos, con el objetivo de que se pudiera hacer la misma comparación.

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