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El senador Ernesto Cordero contesta a Enrique Peña Nieto, quien culpa al sexenio anterior de haber quemado un billón de pesos, en subsidios a las gasolinas para no pagar costos políticos de esa decisión. “Está equivocado, frustrado, no le han salidos las cosas, y no tiene derecho a echarle la culpa al pasado”. Sugiere “que el Presidente respire profundo y que asuma el liderazgo que en este país desesperadamente necesitamos”.

Cordero revira: “Fue una promesa irresponsable del gobierno decir que los precios de las gasolinas, electricidad y gas iban a bajar como resultado de la reforma energética. Fue un engaño, pues el alcance de esa transformación es que México sea competitivo”.

Previene que en febrero vienen más aumentos y alzas diarias, pues el mecanismo es que el precio se fija con base en los costos del petróleo crudo, que estará al alza, y que se cotiza en dólares cada vez más caros, y el resultado será un litro de gasolina más caro, aunque se quite el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), que sería irresponsable.

Con motivo de la celebración del Día de la Enfermera, en Los Pinos, donde cada año el Presidente de la República, desde Vicente Fox, entrega el Premio Nacional de Enfermería que lleva el nombre de su señora madre Graciela Arroyo, el senador panista estuvo presente ayer, y en primera fila escuchó el mensaje presidencial que incluye un nuevo posicionamiento sobre el rechazo a al alza de los combustibles.

Los periodistas requieren su punto de vista, y con toda calma señala que es entendible la frustración presidencial y le propone “no buscar ni inventar fantasmas del pasado, y aparte no tener razón”.

Sobresale la frase de Peña, de que la pasada administración (la de Felipe Calderón) quemó un billón pesos en subsidios a la gasolina, y el secretario de Hacienda de aquel tiempo, repone: “Decir eso es una declaración desatinada”.

Luego, en entrevista con EL UNIVERSAL, reitera que percibe desesperación y frustración en el gobierno federal, pues el país “está en una situación de finanzas complicadas”. Hace poco, dice, él prevenía de un entorno económico difícil, y ahora ya es así.

¿En qué basa su señalamiento de las finanzas públicas complicadas?

—Las finanzas públicas no están en orden; estamos sobreendeudados; tenemos un gobierno que gasta de más.

¿Reducir el impuesto a los combustibles es recomendable?

—Eso no resuelve nada, porque la gasolina va a subir en febrero y de ahí pa’l real. Pueden quitar el IEPS y la gasolina va a seguir subiendo. No es remedio.

¿Qué hacer?

—Atenuar los efectos en los más pobres. Hay que tener un programa de apoyos focalizados. Esto es importante, para que el dinero que tenemos, que no sobra, llegue a las familias que lo necesitan. Y tener cuidado de que no se vaya a manosear con fines electorales, por parte de Sedesol y Sedatu.

¿Más recortes al gasto público?

—El gobierno tiene que hacer un ajuste drástico al gasto, y es su obligación. Lo que ahorremos por ese ajuste tiene que ser para dejar de endeudarnos, pagar deuda. Estamos sobreendeudados y no tenemos márgenes de maniobra.

¿Fracasó la reforma energética de los precios bajos?

—Cuando se aprobó la reforma energética hice el posicionamiento del PAN y dije que no íbamos a engañar a nadie y que no ofrecíamos que los precios fueran a bajar.

¿El Presidente condena los saqueos, pero reconoce, respeta la protesta legítima de la sociedad?

—El problema es que no hay Estado de derecho, no hay autoridad. Cierran carreteras en el país, secuestran terminales de almacenamiento de combustibles de Pemex y nadie hace nada.

¿Esta es otra falla del gobierno?

—Este gobierno ha sido omiso y ha dejado que las cosas vayan más allá de lo prudente. Ya es hora de que asuman su responsabilidad en esto también.

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