El gobierno de Estados Unidos abrió una investigación federal de derechos civiles sobre las protestas en Charlottesville, Virginia, ocurridas el sábado pasado y en las que murieron tres personas, una de ellas embestida por un conductor.

“La Oficina de Campo del FBI de Richmond, la División de Derechos Civiles y la Oficina del Fiscal de Estados Unidos para el Distrito Occidental de Virginia han abierto una investigación de derechos civiles sobre las circunstancias del mortal incidente vehicular ocurrido el sábado por la mañana”, anunció el procurador general, Jeff Sessions.

“El FBI recopilará todos los hechos y pruebas disponibles, y como ésta es una investigación en curso, no podemos comentar más en este momento”, señaló Sessions.

Por su parte, las autoridades de Virginia llamaron a la “unidad” y pidieron a los extremistas salir del estado.

Ayer, el alcalde de Charlottesville, Mike Signer, aseguró que el atropello de un grupo de opositores a la marcha, donde falleció una mujer de 32 años y más de 20 resultaron heridos, fue “un acto de terrorismo” y apuntó directamente a la agresiva retórica de Donald Trump.

“Miren la campaña electoral que llevó [el presidente]”, dijo Signer en varias entrevistas en cadenas nacionales durante la jornada.

En una intervención en la Iglesia Baptista de Charlottesville, el gobernador de Virginia, Terry McAuliffe, identificó a la víctima mortal del atropello como Heather Heyer, de 32 años, residente en la ciudad.

También lanzó un mensaje contra los supremacistas: “Váyanse a casa y que la vergüenza caiga sobre ustedes”.

El sábado, una manifestación supremacista fue encarada por un grupo opositor, lo que desencadenó la violencia. Las imágenes de video captadas por testigos muestran cómo un auto embiste a gran velocidad a un grupo de opositores y luego trata de huir. Finalmente, la policía local dio con el responsable, James Fields Jr, blanco, natural de Ohio y de 20 años, quien está detenido a la espera de juicio por asesinato. Hoy tendrá una audiencia sobre su fianza.

Dos policías murieron al desplomarse al helicóptero en el que sobrevolaban el área, como parte del operativo de seguridad en la zona.

La Casa Blanca se vio obligada a enmendar las palabras que pronunció el sábado el presidente Donald Trump, sobre los hechos del sábado en Charlottesville. “El presidente dijo ayer con mucha contundencia que condena todas las muestras de violencia, fanatismo y odio y, por supuesto, eso incluye supremacistas blancos, el Ku Klux Klan (KKK), neonazis y todos los grupos extremistas”, se informó en una nota.

La Casa Blanca trataba así de encarar las acusaciones de tibieza contra el presidente ante los extremistas de derecha, ya que en su intervención criticó de manera vaga la violencia de “múltiples partes”.

Aunque calificó de “terrible” lo sucedido, Trump no citó expresamente a los supremacistas blancos que habían convocado la marcha, entre los que se encontraba David Duke, ex líder del KKK; otros de los participantes portaban esvásticas nazis.

Ayer, ante la polémica por el mensaje de Trump, David Duke, el ex líder del KKK, escribió en su cuenta de Twitter un recordatorio al presidente: “Le recomendaría que se echase un buen vistazo en el espejo y recordara que fueron los blancos estadounidenses quienes lo llevaron a la presidencia, no los izquierdistas radicales”.

La marcha en Charlottesville fue organizada por grupos extremistas que rechazan la decisión de las autoridades locales de retirar la estatua del general confederado Robert Lee, quien fue defensor de la esclavitud.

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