Human Rights Watch (HRW) instó hoy a los países occidentales a ofrecer refugio a los homosexuales perseguidos en Chechenia al denunciar en un informe "purgas" masivas contra las minorías sexuales en la república rusa.


"Los gobiernos extranjeros deben ofrecer refugio a las víctimas, que estarán en permanente peligro mientras sigan en Rusia", señala el informe divulgado por la organización estadounidense de derechos humanos.


Además, asegura que el Kremlin "tiene el deber de llevar a la Justicia a los responsables de la violencia y proteger a todas las personas en Rusia, independientemente de su orientación sexual".


El informe "Tienen brazos largos y pueden encontrarme" se basa en las entrevistas realizadas a varias víctimas de la campaña de persecución lanzada por las autoridades chechenas y que fue denunciada en abril por el periódico independiente "Nóvaya Gazeta".


Según HRW, después de torturarlos en cárceles secretas y obligarles a delatar a otros homosexuales, se los entregaba a sus familias, instigándoles "indirectamente" a "cometer crímenes de honor".


En ocasiones, esos abusos fueron perpetrados por los guardias de dichas cárceles o por otros presos en presencia de altos funcionarios chechenes.


Al parecer, según HRW, en los últimos tiempos no se han producido nuevas desapariciones, pero el informe señala que varios hombres sospechosos de ser homosexuales aún permanecen en custodia.


Los homosexuales que permanecen en Chechenia viven en un clima de terror y los que huyeron temen que las fuerzas de seguridad descubran su paradero y tomen represalias contra ellos y sus familias.


"Tienen brazos largos y pueden encontrarme a mí y a los otros en cualquier lugar en Rusia. ¡Sólo dales tiempo!", comentó Magomed, una de las víctimas, a HRW.


A mediados de mayo "Nóvaya Gazeta" informó sobre cuatro nuevas ejecuciones extrajudiciales de personas "sospechosas" de ser homosexuales, entre ellos un militar, miembro de la Guardia Nacional rusa.


El presidente ruso, Vladímir Putin, respaldó la investigación de los abusos sólo después de que la canciller alemana, Angela Merkel, le instara a principios de mayo en Sochi a tomar cartas en el asunto.


Mientras, el líder de Chechenia, Ramzán Kadírov, calificó en un primer momento las denuncias de "provocación" y "calumnias", aunque posteriormente se manifestó dispuesto a cooperar con las autoridades federales en la investigación.


"No se puede detener o perseguir a quien simplemente no existe en la república. Si en Chechenia hubiera esa gente, los órganos de seguridad no tendrían que preocuparse de ellos, ya que sus propios familiares los enviarían a un lugar desde donde nunca regresarían", dijo en su momento Alví Karímov, portavoz del líder chechén.


Los testimonios de las víctimas hablan de apaleamientos, confinamientos en condiciones infrahumanas, torturas con descargas eléctricas, violaciones con botellas, desapariciones y muertes.

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