A la clase política europea le tocará encontrarse con el presidente estadounidense Donald Trump mañana, Día de la Ascensión.

Durante su parada en Bruselas, ciudad a la que ha tachado de ser un “nido de ratas”, el mandatario estadounidense espera encontrarse con los líderes de dos instancias a las que ofendió durante la campaña electoral.

A la Organización del Tratado del Altántico Norte (OTAN) la llamó “obsoleta”. Respecto a la Unión Europea (UE), ha mostrado en varias ocasiones su desprecio. En su momento aseguró que “el Brexit será algo grandioso” y que el “Reino Unido fue muy inteligente en salirse”.

Para evitar que la reunión matutina con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, se salgan del guión “presidencial”, hasta este martes se habían suprimido todos los componentes característicos de una visita ministerial a las instalaciones comunitarias.

Es decir, no habrá rendición de cuentas a los medios en la habitual conferencia de prensa.

Tampoco está previsto el lanzamiento de un comunicado conjunto. Sólo están contemplando la fotografía de Trump con el polaco Tusk y el luxemburgués Juncker.

“Hasta ahora no hay nada, ni conferencia, ni comunicado conjunto, sólo habrá oportunidad de foto. No podemos hacer nada, ese fue el planteamiento de la misión estadounidense [ante la UE]”, dijo a EL UNIVERSAL un funcionario cercano al despacho de Tusk.

La administración estadounidense también le ha venido bajando el perfil al encuentro en la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN).

Primero le llamaron cumbre, luego “reunión especial” de Jefes de Estado y de gobierno, y ahora comentan en los pasillos del cuartel general aliado que será sólo una cena.

Así que Trump asistirá a una “nano-cumbre” hecha a la medida.

Por instrucciones de la administración estadounidense, que a final de cuentas es la que manda en la OTAN, al cargar con 70% de la factura operativa, nada de presentaciones complejas, ni extensos discursos.

Las discusiones arrancarán con una introducción por parte del secretario general Jean Stoltenberg, y el premier belga Charles Michel. Después los mandatarios tendrán como máximo cuatro minutos para intervenir, pues la paciencia de Trump se agota rápido, dicen fuentes de la OTAN.

Está previsto que la cena arranque alrededor de las 17:45 horas y dure tres horas. Al igual que su visita a la UE, Trump romperá en la OTAN con prácticas habituales de estos foros. No rendirá cuentas a la opinión pública a través de los medios.

La misma fuente descartó que Trump vaya a ofrecer una conferencia de prensa. Tampoco se prevé la publicación de la célebre declaración conjunta firmada por los 28 Estados miembros, sello característico de las ministeriales para exhibir los puntos de coincidencia y la dirección de futuro. Parece que todo quedará en un comunicado institucional de la alianza.

Antes de la sesión de trabajo, se develarán en el nuevo cuartel general de la OTAN dos monumentos, una sección de las Torres Gemelas y una parte del Muro de Berlín. Este último genera controversia, al ser símbolo de libertad y reunificación en tiempos en que Trump aboga por la separación con la construcción de un muro en la frontera con México.

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