Johannesburgo.— Más de 100 mil personas sufren hambruna y un millón más está en peligro de padecerla en Sudán del Sur, alertaron ayer tres agencias de Naciones Unidas, que declararon situación de emergencia en algunas zonas de este país africano.

“Una declaración formal de hambruna significa que la gente ya empezó a morir de hambre”, advirtieron la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Unicef y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) a través de un comunicado.

“La hambruna se ha convertido en una trágica realidad en partes de Sudán del Sur y nuestros peores temores se han hecho realidad. Muchas familias han agotado todos los recursos de los que disponen para sobrevivir”, dijo Serge Tissot, de la FAO en Sudán del Sur.

Los organismos internacionales advirtieron que se necesita de una acción urgente para evitar que más personas mueran de hambre.

La hambruna ha sido declarada en varias partes del estado de Unidad — localizado en el norte del país africano— donde se estima que el número de personas que pasan hambre aumentará a 5.5 millones el próximo julio si no se hace nada para solucionar la crisis alimentaria.

Sudán del Sur enfrenta la peor catástrofe humanitaria de este tipo desde que estalló la violencia, hace más de tres años.

Actualmente hay 4.9 millones de personas, más de 40 % de la población sursudanesa, con necesidad urgente de alimentos, de acuerdo con cifras del índice que mide la inseguridad alimentaria en una escala de cinco niveles (IPC, por sus siglas en inglés), difundido por el gobierno, las tres agencias de la ONU y otros socios humanitarios.

Para que se declare la fase 5, la máxima y correspondiente a la hambruna, se debe certificar que al menos 20% de la población sufre extrema escasez de alimentos, la malnutrición aguda es superior a 30% y la tasa de mortalidad diaria es de más de dos personas por cada 10 mil, cuatro veces más alto de lo normal.

Las organizaciones de Naciones Unidas consideraron que frenar la expansión de la hambruna sólo es posible si se incrementa la asistencia humanitaria cuanto antes, para que llegue a las personas más vulnerables. La mayoría son agricultores o ganaderos que han perdido sus medios para continuar con sus actividades.

De acuerdo con cifras de Unicef, se estima que más de un millón de niños sufren desnutrición aguda en Sudán del Sur, incluidos más de 250 mil que presentan desnutrición grave.

“Si no ayudamos inmediatamente a estos niños, muchos de ellos morirán”, dijo el portavoz de Unicef en Sudán del Sur, Jeremy Hopkins.

El PMA destacó que esta hambruna ha sido “creada por el hombre” y recordó que la comunidad internacional ha intentado evitar por todos los medios esa catástrofe a pesar de la ausencia de paz y seguridad.

Los tres años de conflicto han dañado gravemente la producción de cultivos, mientras que el aumento de la inflación (de hasta 800% anual) y los fallos del mercado han golpeado las localidades en las que la actividad comercial era indispensable para abastecer de alimentos al país.

El conflicto en Sudán del Sur estalló en diciembre de 2013, cuando el presidente Salva Kiir, de la etnia dinka, denunció un intento de golpe de Estado por parte de su vicepresidente Riek Machar, perteneciente a la tribu nuer.

La FAO, Unicef y el PMA, junto con otros organismos asociados, realizan operaciones de socorro masivas desde que comenzó el conflicto, e intensificaron esos esfuerzos en 2016 para mitigar los peores efectos de la crisis humanitaria.

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