Bogotá.— La polémica que se vive en Colombia desde el pasado fin de semana, a raíz de la participación de observadores de Naciones Unidas (ONU en una fiesta de esa guerrilla, creció ayer tras el retiro de cuatro miembros del organismo multilateral.

El hecho se conoció tras la circulación de un video en el que se ve a miembros de Naciones Unidas celebrando el fin de año con guerrilleros en uno de los campamentos temporales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el departamento de La Guajira.

La misión de Naciones Unidas en Colombia, que tiene bajo su mando a más de 400 observadores, confirmó ayer en un comunicado que tras “las investigaciones” sobre el hecho la misión tomó la decisión de retirar de su servicio a cuatro personas, tres de ellas observadores presentes en el lugar, y a su supervisor directo.

Asimismo, el organismo multilateral reiteró “su determinación de verificar con total imparcialidad los compromisos de las partes sobre el cese el fuego y de hostilidades y la dejación de armas”.

Ante la salida de los observadores, la guerrilla anunció que retirará de la zona a sus representantes en el mecanismo tripartito —conformado por miembros de la ONU, el gobierno y las FARC— hasta que el organismo multilateral “no clarifique el despido de los funcionarios”. “Respetamos la autonomía de la ONU en la toma de decisiones, aunque consideramos apresurada e inconveniente su determinación de retirar a sus veedores (...) sin tener en cuenta que este tipo de decisiones no pueden tomarse de manera unilateral”, dijo en un comunicado.

La grabación ha generado gran rechazo de parte de los miembros del partido de derecha radical Centro Democrático, que se oponen al acuerdo alcanzado con las FARC y que han planteado la posibilidad de que la ONU no sea más el organismo encargado de la verificación.

La polémica se vive en medio del proceso de preagrupamiento de las FARC en zonas específicas temporales establecidas en el acuerdo final firmado por las partes el 24 de noviembre pasado tras casi cuatro años de negociaciones en Cuba.

Los cerca de 5 mil 800 miembros de las FARC tenían plazo hasta el fin de semana pasado para estar concentrados en las zonas rurales definitivas que pasaron de ser 27 a 26, según lo anunciado por las partes.

No obstante, la comisión de seguimiento a la implementación del acuerdo de paz confirmó que esta fecha no se pudo cumplir debido a las demoras en la adecuación de las zonas en las que los guerrilleros tendrán plazo hasta mayo próximo para entregar las armas a Naciones Unidas. El presidente Juan Manuel Santos reconoció los retrasos, pero añadió que los problemas “se están resolviendo” y que la voluntad “es acelerar”. Una vez lograda la concentración, iniciará el desarme, que debe concluir en mayo.

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