Independientemente de quién sea el próximo inquilino de la Casa Blanca, estas elecciones serán recordadas entre la comunidad latina estadounidense como los comicios en donde las personas de la tercera edad dieron el ejemplo a seguir.

Tomados del brazo, Marta, de 81 años, y su esposo Fabio Alvarado, de 91 años, acudieron a primera hora de la mañana al Centro Cívico de Norwalk, a las afueras de Los Ángeles, para depositar por primera vez su voto desde que llegaron a Estados Unidos en 1969.

La pareja originaria de Usulután, El Salvador, contaba con permiso de residencia desde 1988, pero fue hasta que escucharon los insultos del republicano Donald Trump cuando decidieron naturalizarse para poder votar. Fabio tuvo que esperar hasta este martes para obtener la nacionalidad.

“Es un honor y un privilegio finalmente votar en Estados Unidos. Pero estoy aún más agradecido con poder ser un ejemplo para la juventud y nuestra comunidad”, dijo a EL UNIVERSAL Fabio, coleccionista de orquídeas, jubilado por una disquera y quien emitió su voto en compañía de familiares y un grupo de mariachis.

“Quiero decirle a los latinos que aprovechen el derecho al voto, porque es bueno para el futuro de todos”, señaló Marta, quien toda su vida fue trabajadora doméstica y tuvo cuatro hijos.

Ella fue la primera de la familia Alvarado que llegó a EU. Entró de manera ilegal hasta su tercer intento, en los dos previos fue deportada por las autoridades mexicanas.

“Sé lo que es no tener papeles. Les diría [a los más de 11 de millones de indocumentados] que tengan mucha paciencia, porque tarde o temprano las cosas se componen, por muy mal que estén”, aseguró Marta. En la misma casilla estuvo Felipa Moreno, de 69 años y nacida en Baja California, así como José Rodríguez Meléndez, de 84 años, músico oriundo de San Pablo Ojo Caliente, Zacatecas, quien al igual que Fabio hizo este martes realidad dos sueños: ser ciudadano estadounidense y poder votar.

“Es como volver a nacer”, dijo Rodríguez, quien aseguró que su mayor motivación para votar “es el deseo de que todos salgamos adelante como latinos y habitantes de una misma nación”.

“Estos ancianos, a los que les quedan pocos años, están votando por el futuro y poniendo la muestra a las próximas generaciones de que los latinos somos una voz poderosa, y podemos ser los líderes tanto en el estado como en el país”, afirmó en entrevista la asambleísta Cristina García, representante del Distrito 58 de California.

Para la antigua maestra de matemáticas, una vez celebrados los comicios, el gran reto de la comunidad latina será mantener el “momentum” que experimenta luego de una movilización histórica.

Se estima que registraron su voto entre 15 y 16 millones de electores y se preveía una abstención inferior a 10%. En 2012 fueron empadronados 13.5 millones de latinos en la Unión Americana.

Respecto al sustituto de Barack Obama, espera que ponga fin a la separación de familias y atienda los grandes pendientes con la comunidad, como es el acceso a la educación y la gran reforma migratoria, “de lo contrario estaría actuando en contra de las familias y destruyendo la economía”.

“Lo primero que debe hacer el próximo presidente es reconocer que los latinos somos importantes y que no tienen otra opción que hacer suya nuestras prioridades, porque ya nadie nos para”.

La jornada electoral en Los Ángeles estuvo acompañada por incentivos adicionales a la propia contienda electoral, la cual incluyó el pronunciamiento ciudadano sobre 17 iniciativas que alterarán la vida de los californianos.

Para aquellas personas que mostraron su etiqueta de haber votado hubo donas, café y pizzas gratis, así como entradas al gimnasio y descuentos en Uber. Las empresas participantes buscaron con esta iniciativa motivar al electorado.

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