El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó ayer con poner fin al acercamiento diplomático a Cuba, a no ser que el gobierno de la isla firme con él “un acuerdo mejor”, una advertencia que pone en jaque el futuro del deshielo ese país, cuyos líderes se resisten a negociar sobre su política interna.

“Si Cuba no está dispuesta a hacer un acuerdo mejor para el pueblo cubano, los cubano-estadounidenses y EU en su conjunto, pondré fin al acuerdo”, escribió ayer el magnate en su cuenta de Twitter.

Con ese mensaje el presidente electo reforzó la línea dura que ha adoptado hacia Cuba desde el sábado, cuando reaccionó a la muerte del ex presidente Fidel Castro. Las demandas de libertad política y religiosa para los cubanos prometen toparse con la resistencia del gobierno de Raúl Castro, que no se abre a negociar sobre ese tipo de temas.

Además, la semana pasada, Trump incluyó en su equipo de transición para el Departamento del Tesoro a un férreo defensor del embargo a Cuba, Mauricio Claver-Carone, quien ha criticado duramente la decisión de Obama de conceder licencias a compañías hoteleras estadounidenses para hacer negocios en la isla.

El futuro jefe de gabinete del republicano, Reince Priebus, aseguró el domingo que el presidente electo aguardará a ver “algunos movimientos” del gobierno cubano en cuanto a las libertades en la isla para decidir cómo será su relación y, de no haberlos, revertirá el acercamiento entre ambas naciones, iniciado en diciembre de 2014.

No obstante, algunos republicanos se mostraron en favor de mantener los vínculos con la isla. Jeff Flake, senador republicano de Arizona, declaró: “Es más probable que al permitir vínculos más frecuentes entre cubanos y estadounidenses se acelere el deseo de cambio en Cuba”.

En tanto, la Casa Blanca desestimó ayer la amenaza de Trump de dar marcha atrás a la política de normalización de relaciones con Cuba. El vocero presidencial, Josh Earnest, rechazó que la muerte de Fidel Castro vaya a tener un impacto en ese proceso, y dio a conocer que ni el presidente Obama ni el vicepresidente Joe Biden atenderán los funerales del líder cubano.

“No es tan simple como lo pueda hacer ver un mensaje en Twitter”, dijo Earnest e insistió en que los cambios que esa política ha acarreado, como la apertura de embajadas y el reinicio de vuelos comerciales directos constituyen importantes beneficios para EU.

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