Con el trasfondo de las campañas electorales, los republicanos del Senado alistan una renovada ofensiva contra las llamadas ciudades “santuario” que rechazan cooperar con autoridades para entregar o reportar a inmigrantes indocumentados.

La ofensiva, liderada por el senador republicano de Pensilvania, Pat Toomey, busca reciclar una iniciativa de ley que recorta los fondos federales a cientos de ciudades “santuario” del país que se niegan a cooperar con el gobierno en temas migratorios.

Aunque el proyecto fue bloqueado el año pasado por los senadores demócratas, el tema resurgió a cuatro meses de las elecciones presidenciales, conforme Toomey decidió utilizar la polémica contra su rival demócrata al Senado de Pensilvania, Katie McGinty.

Las ciudades “santuario” forman parte de un movimiento iniciado en la década de 1980 en California, y que se extendió a cientos de urbes que tomaron la determinación de no enjuiciar a inmigrantes que cometieron sólo la falta administrativa de ingresar ilegalmente a Estados Unidos.

Sin embargo, el año pasado, el tema de las ciudades “santuario” volvió a ser centro de controversia luego que la ciudad de San Francisco se rehusó retener a un inmigrante indocumentado mexicano que tras ser liberado mató accidentalmente a una joven estadunidense.

La ciudad de San Francisco rechazó notificar a las autoridades migratorias sobre la liberación del indocumentado mexicano Juan López Sánchez, quien tenía antecedentes penales y había sido deportado a su país natal en al menos cinco ocasiones.

López Sánchez confesó haber disparado accidentalmente un arma que encontró en un parque y que causó la muerte de la joven estadunidense de 32 años, Kathryn Steinle.

San Francisco es una de las 340 ciudades y municipios a través de Estados Unidos que cuentan con políticas santuario, de acuerdo con una compilación preparada por el Centro de Estudios Migratorios (CIS).

Aún cuando la Casa Blanca dejó en claro que la iniciativa de ley original del año pasado sería vetada por el presidente Barack Obama de ser aprobada, los republicanos decidieron darle “fast track” o “vía rápida” a la nueva iniciativa esta semana para votarla en el mes de julio.

“Esta iniciativa falla en ofrecer las amplias reformas que son necesarias para reparar el descompuesto sistema de las leyes migratorias, y socava los esfuerzos para deportar a los más peligrosos criminales convictos”, indicó entonces la oficina de Presupuesto y Personal de la Casa Blanca.

Además de la iniciativa de Toomey, el senador cubano-americano Ted Cruz planea reintroducir separadamente el incremento de las sentencias carcelarias cuando los crímenes sean cometidos por inmigrantes indocumentados reincidentes.

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