Caracas.—

Tras un reto lanzado antenoche por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, de que ni teme ni tiene miedo a “los oligarcas” para enfrentar un referendo revocatorio a su mandato, la oposición política venezolana se apresta a presentar hoy o mañana más de 2,5 millones de firmas ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) y cumplir apenas con un primer paso para avanzar a una consulta popular sobre el futuro del gobernante heredero del poder de Hugo Chávez.

“Aquí voy a continuar”, proclamó Maduro. “Aquí me dejó Chávez. No le temo a ninguna prueba”, insistió, desafiante, en un mensaje al país luego de que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que aglutina a la oposición, hizo la semana pasada una masiva recolecta de firmas como requisito inicial.

“Mientras más chantajeen, más becerro me pongo. Si siguen con el chantaje, más duro nos ponemos”, proclamó el gobernante, quien al morir Chávez, en marzo de 2013, asumió como presidente encargado y luego ganó los comicios del 14 de abril de ese año.

El 19 de abril tomó posesión para un mandato de seis años, pero la MUD, que en enero anterior asumió control de la Asamblea Nacional al vencer al chavismo en los comicios legislativos de diciembre pasado, impulsa convocar al referendo que acortaría el periodo de Maduro. El CNE aceptó el pasado martes entregar a la MUD los formularios para las firmas y aunque en primera instancia se requiere el 1% del padrón electoral o 197 mil 978, la cifra fue superada y se recogieron 2,5 millones.

“Probablemente es un récord mundial”, dijo ayer el opositor Henrique Capriles, gobernador del estado de Miranda y una de las principales figuras de la Mesa. Hay 2 millones 301 mil 945 firmas en copiado y 200 mil en proceso, precisó.

Aunque la MUD anunció que hoy iría al CNE a entregar las rúbricas, tampoco se descarta que sea mañana. En este contexto, hay otra controversia por un nuevo atraso: más allá de que las reciba hoy o mañana, el CNE tampoco iniciaría su verificación inmediatamente, sino 30 días después de que dio luz verde para recopilarlas, lo que retrasaría todavía más la convocatoria.

Maduro advirtió a la oposición que si el CNE “dice que no”, tampoco vaya a “incendiar” el país y alegó que el referendo sólo es opción y “no una obligación”. En un acto ayer en esta ciudad por el Día de los Trabajadores, alertó que si “la derecha” insiste atacar al chavismo para desmontar los logros socialistas, “me iré a la rebelión popular”.

Cronograma complicado

La legislación establece que luego de que el CNE confirme la veracidad de las firmas, se pasará a una segunda fase. Si el Consejo avala la primera etapa, autorizará a la oposición a recoger las firmas del equivalente al 20% del padrón, cerca de 3,9 millones.

Si el CNE las ratifica, puede convocar al referendo y se necesitará que participe un mínimo del 25% del electorado—unos 4,9 millones de votantes—y para revocar el mandato de Maduro se requiere que más de 7,5 millones de electores, cantidad de sufragios que el presidente obtuvo en abril de 2013, voten a favor de acortar su mandato.

Una encuesta de Venebarómetro, una empresa local de estudios de opinión pública, reveló el pasado jueves que el 60% de los venezolanos apoya sacar a Maduro del poder por la vía de un referendo revocatorio cuya convocatoria, sin fecha, genera graves tensiones entre opositores y chavistas.

Los números reflejan el descontento por una crisis a más de 17 años de instalado el régimen chavista por las urnas. Por un lado, un desabasto de artículos básicos—desde harina, arroz, leche, mantequilla y café a pañales, papel higiénico, toallas íntimas femeninas o pasta de dientes—y medicinas y una inflación del 700% en 2016.

Por el otro, una economía con un decrecimiento del 5,7% en 2015. Para completar el cuadro, Venezuela—rica nación petrolera—sufre una aguda crisis energética por una sequía que obligó a Maduro a aplicar cortes de cuatro horas diarias de electricidad en zonas fuera de Caracas y a disminuir las horas laborales del aparato estatal.

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