El precandidato republicano Donald Trump exigió el lunes que los escépticos líderes de su partido acepten la inevitabilidad de su nominación presidencial, durante su llegada a Washington para una serie de reuniones y un discurso ante una organización proisraelí.

"Si quieren ser inteligentes, deberían aceptar este movimiento", declaró Trump en conferencia de prensa en Washington, restando importancia a la apasionada resistencia a su candidatura por parte de ambos partidos.

"Soy un externo", dijo el empresario. "No están acostumbrados a esto".

Como le sucede con frecuencia, Trump fue agobiado con protestas. Un grupo de rabinos planeaba boicotear su discurso vespertino.

La precandidata que encabeza la contienda demócrata, Hillary Clinton, utilizó su discurso en la conferencia anual del American Israel Public Affairs Committee (AIPAC) para poner en entredicho la preparación de Trumppara guiar al país a través de los conflictos internacionales.

"Necesitamos manos firmes", dijo Clinton. "No un presidente que el lunes diga que es neutral, que el martes diga que apoya a Israel y quién sabe lo que diga el miércoles porque 'todo es negociable'''.

La seguridad de Israel, proclamó entre aplausos, "no es negociable".

Sus comentarios estuvieron dirigidos a Trump, quien en febrero se ganó críticas tanto de republicanos como de demócratas cuando se comprometió a ser una "especie de tipo neutro" en cuanto a Israel. Aunque Estados Unidos es oficialmente neutral frente al conflicto de Oriente Medio, su declaración significó un alejamiento de la retórica típica de los candidatos presidenciales de Estados Unidos, que regularmente apoyan fuertemente a Israel.

La reunión de la AIPAC, que atrae a los principales líderes judíos de todo el mundo, es una escala tradicional para los políticos estadounidenses deseosos de demostrar sus credenciales en política exterior, especialmente en los conflictos de Oriente Medio.

El lunes, Trump prometió que no habría "una brecha entre Estados Unidos y nuestro aliado más fiable, el Estado de Israel" durante su gobierno. Pero también se refirió repetidamente a "Palestina" en lugar de los "territorios palestinos", usando un término al que se oponen muchos activistas a favor de Israel.

Su rival Ted Cruz, senador de Texas, habló después de Trump en la conferencia, y arremetió contra el magnate por esa referencia al indicar que Palestina "no ha existido desde 1948".

Para el martes se prevé que Clinton amplíe su abrumadora ventaja de delegados sobre su rival demócrata Bernie Sanders en las elecciones primarias en Arizona, Idaho y Utah. Por el lado republicano, los rivales restantes de Trump —Cruz y el gobernador de Ohio John Kasich— se enfrentan en Arizona y Utah con la intención de impedir que tome una ventaja irremontable.

Trump también sostuvo el lunes en Washington una reunión a puerta cerrada con cerca de dos decenas de funcionarios republicanos, muchos de ellos sus partidarios.

El empresario de bienes raíces de Nueva York aprovechó un inusual día en Washington para cortejar a la dirigencia republicana, que se ha mantenido reticente a darle su apoyo. Trump enfrenta también la resistencia de activistas proisraelíes sobre lo que consideran una postura mixta sobre Medio Oriente.

En tanto, Clinton y sus aliados han alistado una ofensiva en tres frentes en contra de Trump, para criticar su carácter, sus antecedentes y sus polémicas declaraciones sobre mujeres y minorías. Eso comenzó el lunes con los sindicatos, miembros del Congreso y candidatos presidenciales, que incrementaron las críticas.

"Seamos honestos — @realDonaldTrump es un perdedor", escribió la senadora Elizabeth Warren en Twitter, antes de colocar otros ocho mensajes en la red social, en los que atacó los "fracasos empresariales", "los vergonzosos abusos" y el "narcisismo flagrante" de Trump.

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