Ante la mirada de centenares de policías antimotines, equipos de trabajadores comenzaron el lunes a desmantelar tiendas de campaña y chozas improvisadas en un vasto campamento en Calais, demoliendo las frágiles estructuras que han servido de albergues temporales para migrantes que buscaban llegar a Gran Bretaña.

El campamento surgió hace menos de un año en la ciudad portuaria francesa, al borde del Canal de la Mancha, que tiene ferris y el Eurotúnel que conecta con Gran Bretaña.

Ha crecido explosivamente en los últimos meses con el aumento de la crisis de migrantes en Europa, alimentando sentimientos ultraderechistas en Francia y Gran Bretaña. Se estima que unas 4 mil personas viven en el campamento, comparado con 6 mil en diciembre.

Calais ha vivido con migrantes durante años, pero el campamento en el borde de la ciudad creció alrededor de un centro de atención a migrantes abierto por el estado en abril y después que pequeños campamentos dentro de la ciudad fueron demolidos. El desmantelamiento el lunes de la porción sur del campamento, densamente poblada, sería la operación más vasta de ese tipo realizada por las autoridades municipales.

Policías antimotines montaron guardia, impidiendo el ingreso de periodistas y voluntarios mientras trabajadores con cascos desmantelaban las estructuras una por una.

La prefecta Fabienne Buccio, que había ordenado la evacuación y desmantelamiento este mes, acudió al sitio cuando comenzaba la operación. Su oficina lamentó las tácticas "intimidatorias" por algunos activistas que ella dijo estaban manipulando migrantes para que se negaran a aceptar las ofertas de albergue del gobierno.

"Realmente, tres de cada cuatro casas —quiero decir tres de cada cuatro chozas o tres de cada cuatro tiendas— estaban abandonadas y llenas de basura", dijo Buccio. Los migrantes, agregó, "tuvieron tiempo suficiente para recoger sus pertenencias. El resto se podía botar".

Sin embargo, cámaras apuntadas a las chozas capturaron imágenes de vida diaria intactas.

El inicio de lo que se piensa será una operación de semanas se produce cuatro días después de que una corta fallara que los albergues podían ser demolidos, pero no áreas comunes como una escuela, un centro para mujeres y una biblioteca, mucho de ello construido con la ayuda de voluntarios franceses y británicos horrorizados por las malas condiciones en el campamento.

Las autoridades francesas ofrecieron reubicar a los migrantes desalojados a contenedores climatizados instalados el mes pasado cerca del lugar o a centros en diversas partes de Francia donde podrían decidir si solicitan asilo.

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