Bruselas

Ante la posible relación entre el zika con el nacimiento de niños con microcefalia, muchas mujeres latinoamericanas infectadas con el virus están planteándose la dolorosa opción de abortar.

Esto supone un peligro añadido para la integridad de estas personas, al tratarse de una región donde la mayoría de los países no reconocen el derecho de la mujer a interrumpir el embarazo, advierten organizaciones humanitarias.

“Muchas mujeres con zika no quieren tomar el riesgo potencial de tener un bebé con microcefalia, por lo que están buscando abortar”. “Como el aborto es muy restringido en la mayoría de los países, existe el riesgo de que la mujer recurra a métodos de aborto inseguros y peligrosos”, dice a EL UNIVESAL Rebecca Gomperts, fundadora de Woman on Waves, una organización holandesa defensora del aborto seguro y conocida a nivel mundial por operar un controvertido barco que brinda asistencia en aguas internacionales.

Aunque todavía no hay estadísticas sobre el número de abortos por zika, todo parece indicar que los casos se multiplicarán debido a la velocidad con que avanza el virus transmitido por mosquito. En su último informe, el Instituto Nacional de Salud de Colombia notifica 5 mil 13 casos de zika en mujeres embarazadas, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) identifica aumentos sustanciales de casos de microcefalia y síndrome Guillain-Barré en Brasil, Polinesia Francesa, El Salvador, Venezuela, Colombia y Surinam. Hasta el 12 de febrero Brasil contabilizaba 4 mil 314 casos de microcefalia.

El director de la Federación Internacional de Planificación Familiar, Tewodros Melesse, alerta que las mujeres de zonas rurales son el grupo más vulnerable. “Son las más susceptibles a infectarse y las que menos probabilidades tienen de acceder a educación sexual y anticoncepción”, afirma. Para la organización con sede en Londres, el zika no sólo se combate con acciones encaminadas a erradicar el vector, el mosquito Aedes aegypti, sino también aumentando el acceso a la anticoncepción y garantizando el aborto seguro.

El aborto inseguro es un problema de salud persistente en América Latina, que tiene algunas de las leyes más restrictivas del mundo.

En Chile el aborto se castiga con cinco años de cárcel, mientras que en El Salvador, con 12. En Brasil se tolera sólo en casos de violación o si se trata de salvar la vida de la madre; de lo contrario son hasta cuatro años de prisión. Aun así, en Latinoamérica se realizan anualmente 4.4 millones de abortos, de los cuales 95% son inseguros, sostiene el Instituto Guttmacher con sede en Nueva York.

Woman on Web, organización con sede en Ámsterdam, sostiene que hay un aumento sustancial en el número de solicitudes de paquetes de aborto médico procedentes de los países con zika. La organización apoya a mujeres procedentes de los países con restricciones proporcionando consultas online y pastillas para un aborto medicinal.

Entre los afectados con zika, Brasil es el único país que hasta ahora está bloqueando la paquetería con Mifepristona y Misoprostol, el medicamento usualmente empleado para un aborto con pastillas.

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