Washington.— Los demócratas del Senado de Estados Unidos bloquearon ayer un proyecto de ley que pretendía acabar con las llamadas “ciudades santuario”, aquellas urbes del país que decidieron no cumplir las leyes federales en materia migratoria.

Con 54 votos en favor y 45 en contra, los senadores de la oposición republicana, promotores del texto, no lograron los 60 votos necesarios para poder someter a votación final el texto legislativo.

La iniciativa legal, llamada “Paremos las Políticas Santuario”, fue tramitada por el senador republicano del estado sureño de Louisiana, David Vitter, y cuenta con el apoyo de los precandidatos presidenciales y senadores conservadores Ted Cruz y Marco Rubio.

La propuesta bloquearía fondos federales a aquellas ciudades que no colaboren con las autoridades de inmigración y obligaría a sentenciar con un mínimo de cinco años a un indocumentado que vuelva a entrar en el país tras haber sido condenado por un delito agravado.

Vitter argumentó que los demócratas entienden mal la legislación, diciendo que “hay una gran cantidad de mitos sobre la ley frente a los hechos reales.

“Nos enfrentamos a muchos mitos sobre el tema y exhortamos a todos, empezando por nuestros colegas, demócratas y republicanos, a que estudien [el proyecto] cuidadosamente. Este es un tema importante. Las ciudades santuario son un problema real y tenemos que arreglarlo”, añadió.

La propuesta de los republicanos ha sido fuertemente criticada por la bancada demócrata, sobre todo por el senador Robert Menéndez y el líder de la minoría, Harry Reid.

“No debemos usar tragedias para utilizar a los inmigrantes como chivos expiatorios. No deben ser utilizados para erosionar la confianza entre la policía y nuestras comunidades. No podemos dejar que el miedo guíe la formulación de nuestras políticas. Urjo a mis colegas a resistir a la demagogia que amenaza con desviar y empeorar la formulación de políticas de nuestro país”, dijo Menéndez.

El presidente estadounidense Barack Obama ya había amenazado con vetar la ley en caso de que fuera aprobada por el Congreso. “La ley básicamente convertiría los departamentos de seguridad policial en funcionarios federales de inmigración en algunas circunstancias”, aseguró la Casa Blanca en un comunicado, en el que resaltó la necesidad de reparar “el quebrantado” sistema migratorio.

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