Budapest. —La policía antimotines lanzó agua y gas lacrimógeno el miércoles a inmigrantes que intentaban cruzar un paso fronterizo hacia la Unión Europea (UE) cerrado por Hungría, mientras refugiados en otros lugares de los Balcanes buscaban nuevas rutas de ingreso.

La decisión de Hungría de cerrar la frontera exterior de la UE con Serbia esta semana fue el intento más contundente a la fecha de un país europeo de poner freno al flujo de refugiados e inmigrantes que está desbordando al bloque.

La medida dejó a decenas de miles de inmigrantes diseminados por la península balcánica, en busca de vías alternativas para llegar a la UE, mientras el primer ministro húngaro anunció que su país planea levantar una valla en partes de su frontera con Croacia y con Rumania para frenar el arribo.

Filas de policías antidisturbios, apoyados por vehículos blindados, se formaron detrás del cruce con Serbia, ahora cerrado con barricadas, mientras jóvenes inmigrantes les arrojaban piedras demandando que se les permitiera el ingreso.

Al menos 20 policías y dos niños resultaron heridos, dijo un agente de seguridad húngaro.

“Se está poniendo muy feo allí”, dijo Ahmad, de 58 años, un comerciante de Bagdad que fue a la frontera oficial cruzando en la ciudad serbia de Sid, pero se dio cuenta pronto de que podría tener más posibilidades de entrar a la UE desde Croacia.

“En cuanto oímos sobre una ruta a Croacia no esperamos. Quiero ir a Suecia para reunirme con el resto de mi familia. Espero que nos traten mejor en Croacia”, comentó a Reuters.

Serbia señaló más tarde que enviará más policías a la frontera con Hungría e intentará alejar a los inmigrantes de la verja. En el lado húngaro, tres vehículos militares armados aumentaron la seguridad.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, expresó su conmoción y alarma por el tratamiento de los refugiados e inmigrantes en la frontera entre Hungría y Serbia. Reuters

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