El gobierno húngaro ha calificado como "extravagantes" e "indignantes" las palabras del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon en las que criticaba el trato que Hungría da a los refugiados que tratan de entrar en su territorio, recogen hoy los medios húngaros.

El ministro de Asuntos Exteriores de Hungría, Peter Szijjarto, emitió un comunicado en el que lamentaba que el dirigente de la ONU hubiera hecho una consideración equivocada de la situación en la frontera entre Hungría y Serbia, donde la policía húngara empleó ayer cañones de agua y gas pimienta contra los refugiados, según el portal informativo 444.

Ban afirmó ayer sentirse "impactado" por las imágenes de refugiados siendo rociados con gas pimienta cuando trataban de entrar en Hungría pese al bloqueo policial tras haber cerrado su frontera, por la que miles de personas han pasado en las últimas semanas camino de Alemania y otros países ricos.

"Quedé impactado al ver cómo estos emigrantes están siendo tratados. No es aceptable", afirmó Ban Ki-moon.

El ministro húngaro aseguró que inmigrantes agresivos habían atacado a la Policía y herido a catorce agentes.

"Siento que el secretario general de la ONU se pronunciara basándose en informaciones no reales", se lamentó el ministro.

Un pequeño grupo de entre los cientos que esperan en la zona de nadie entre los dos países derrumbó ayer las vallas que cierran el cruce fronterizo de Horgos para forzar su entrada en Hungría, pero la Policía los detuvo empleando gas pimienta y un cañón de agua, según mostraron varias emisoras de televisión.

En las imágenes pueden verse también a algunos refugiados que arrojan objetos a los agentes.

La policía húngara arrestó a 29 personas tras esos incidentes, incluido una persona registrada como "terrorista" por las autoridades, señalaron fuentes del gobierno de Budapest.

Según estimaciones de la televisión pública M1, unos 150 inmigrantes sufrieron heridas en el choque con los agentes.

jlc

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