Belgrado/Atenas.— Más de 5 mil inmigrantes ingresaron ayer a Serbia, reanudando su camino a Europa occidental, luego de que las fuerzas policiales de Macedonia desistieran de su intento de controlar el flujo de refugiados, en su mayoría sirios, quienes previamente permanecieron durante días en tierra de nadie en la frontera entre Grecia y Macedonia.

Las autoridades macedonias implementaron trenes especiales y autobuses adicionales para llevar a los refugiados desde el sur hasta el norte.

En tanto, Serbia abrió un segundo campo de acogida en la localidad fronteriza de Miratovac. Según la televisión estatal serbia, las autoridades del país entregan a los refugiados documentos con los que pueden viajar a través de Belgrado en dirección a Hungría y otros Estados de la Unión Europea.

“La gran mayoría de los refugiados tiene la intención sólo de transitar por Serbia. Su destino es Alemania y Suecia, sobre todo, según afirman, donde tienen ya sus comunidades, parientes y amigos”, explicó Mirjana Milenkovski, portavoz de la sección serbia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Organizaciones defensoras de los derechos humanos advirtieron que decenas de miles de migrantes podrían quedar varados en condiciones precarias en Serbia y Macedonia debido a la política migratoria húngara.

Hungría levanta actualmente un cerco en la frontera con Serbia de 175 kilómetros de largo y alambre de espino, que estará listo hacia fines de septiembre y que se ampliará hasta fines de noviembre con una valla de tela metálica de tres metros de alto.

En Grecia, un barco que llevaba a 2 mil 466 inmigrantes de las islas del Egeo oriental llegó a Atenas. La nave partió dos horas después en busca de más gente.

La situación ha provocado escenas de desesperación en la frontera con Macedonia donde hombres, mujeres y niños han dormido a la intemperie con muy poca comida o agua a mano.

“Miré las noticias en la televisión y quede anonadado”, dijo Abdullah Bilal, de 41 años y procedente de la ciudad siria de Aleppo.

“Pensé que me enfrentaría a lo mismo cuando llegara, pero todo ha sido muy pacífico. La policía nos dijo: ‘Bienvenidos a Macedonia, trenes y buses los están esperando’”, declaró.

Mohannad Albayati, que viene de Damasco y tiene 35 años, viaja con su esposa, dos niños y tres hermanos: “Dimos un paso pero es un largo camino hasta nuestro destino, pero con la ayuda de Alá llegaré a Alemania”.

En el país germano, el vicecanciller Sigmar Gabriel declaró que la avalancha de refugiados que está recibiendo su país es “el mayor reto desde la reunificación” y que el Estado debe actuar “con toda la dureza” contra los neonazis que atacan centros de acogida.

En una entrevista con la televisión pública ARD, asumió que Alemania “deberá cambiar dramáticamente” su política de refugiados. El Gobierno alemán elevó esta semana a 800 mil el número de peticionarios de asilo que espera recibir este año. En este contexto, la Guardia Costera italiana informó que cuatro mil 400 migrantes fueron rescatados en las últimas 24 horas en el Canal de Sicilia.

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