Jerusalén.— Uno de los mayores símbolos de la vida en libertad en la sociedad moderna, se convirtió ayer en escenario de horror en Jerusalén, cuando un religioso ultraortodoxo apuñaló a participantes en la marcha de Orgullo Gay, logrando herir a seis personas, una de ellas aún en peligro de muerte.

El atacante fue identificado como Yshai Shlizel, que hace tan sólo tres semanas salió de prisión, donde estuvo 10 años por perpetrar justamente el mismo crimen, al haber acuchillado a una persona en la marcha gay de ese momento. La confirmación de su identidad dejó en claro que hubo fallas en la organización de la policía israelí.

El despliegue de seguridad fue muy grande ayer y la cantidad de efectivos destinados a salvaguardar el transcurso normal de la marcha festiva era altísima. Sin embargo, en lo que a información de inteligencia se refiere, algo no funcionó debidamente, ya que el responsable del ataque no ocultó en ningún momento que sigue motivado por las mismas ideas y que consideraba imperioso actuar contra lo que presentó abiertamente como “la marcha de la repugnancia, que ensucia la ciudad de Dios”. Tampoco había orden de alejamiento en su contra para impedir que se acercara a la marcha.

En Israel se llevan a cabo marchas del Orgullo Gay hace ya muchos años. La más espectacular y multitudinaria es la de Tel Aviv, ciudad considerada destino prioritario, a nivel internacional, del turismo gay.

En Jerusalén la marcha es diferente. Colorida, acompañada de música y ambiente festivo, pero sin duda distinta. Aquí no participan carrozas grandiosas, ni se ve prácticamente gente medio desnuda.

Los participantes, aunque defendiendo su derecho a marchar también en esta ciudad conservadora, son conscientes del cierto recato que parece recomendable preservar en el lugar, para no herir demasiadas sensibilidades.

Un punto singular, con el que este diario se ha topado todos los años en las marchas gay de Jerusalén, es la participación de judíos religiosos, inclusive ortodoxos, que recalcan que su fe en Dios y su opción sexual no son contradictorias. Para los radicales, todos los que participan en estas marchas son herejes. Sin embargo, no pocos homosexuales religiosos recalcan: “También nosotros fuimos creados a imagen y semejanza de Dios”.

Los rabinos y figuras ultraortodoxas religiosas condenaron en forma categórica y sin demora el atentado, recalcando la diferencia entre la legítima discrepancia y la violencia, inclusive la verbal, que conduce a una peligrosa incitación. Todos recordaron al culpable del ataque uno de los diez mandamientos: “No matarás”.

Varios miembros del Ejecutivo, entre ellos el primer ministro, Benjamin Netanyahu, aseguraron que el agresor será llevado ante la Justicia.

El titular de Seguridad Interior, Guilad Erdán, convocó anoche a altos mandos de la policía de urgencia para analizar cómo Shlizel consiguió burlar el exhaustivo operativo de seguridad. Con información de EFE

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses