El voto latino se perfila como un factor decisivo en las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos, no sólo por su peso en estados claves como Florida, Colorado o Nevada, sino por el fenómeno Donald Trump, de acuerdo con expertos.

El estratega republicano Whit Ayres, sostiene que el próximo candidato presidencial republicano debe ganar la misma proporción de voto blanco que Mitt Romney en 2012, de 59 %, así como 30 % del voto de las minorías, especialmente la hispana, si desea llegar a la Casa Blanca.

“Para que los republicanos sean otra vez competitivos en las elecciones presidenciales, sus candidatos deben mejorar con los blancos, en especial en el medio oeste, y mucho más con las minorías” , escribió en su nuevo libro “2016 y más allá” .

Históricamente, los votantes latinos se han inclinado a favor del voto demócrata. En 2008, Barack Obama alcanzó 67 % del voto latino, con un mensaje inclusivo y la promesa de lograr la reforma migratoria en su primer año de gobierno, cuando el Congreso estaba bajo control demócrata.

En 2012, la proporción del voto latino para Obama aumentó a 71 %. Aunque no logró la reforma migratoria, en noviembre anunció su primera acción ejecutiva migratoria: el Programa de Acción Diferida para Llegados en la Infancia, que benefició a 700 mil jóvenes indocumentados.

Mitt Romney logró apenas 27 % del voto latino, uno de los niveles más bajos de respaldo de la historia —sólo superado por 21 % de Bob Dole, en 1996, y por 25 % de George H. W. Bush, en 1992.

Aunque su padre nació en México, el ex gobernador de Massachusetts nunca pudo recuperarse del daño infringido por su idea de la "auto deportación" .

Por comparación, John McCain obtuvo 31 % del voto latino, en 2008, y George W. Bush entre 40 y 44 % ,en 2004.

Ambos fueron partidarios de la reforma migratoria, pero McCain se distanció del tema durante su campaña presidencial. Bush y su “arquitecto” político, Karl Rove, mantuvieron su apoyo a la reforma de migración pues consideraban a los hispanos como el pilar para el futuro del Partido Republicano.

En 1984, el presidente Ronald Reagan —quien acuñó la célebre frase de que los hispanos eran republicanos, sólo que no lo sabían— obtuvo 35 % del voto latino. Dos años después, promulgaría la amnistía migratoria para legalizar a cuatro millones de inmigrantes indocumentados.

A pesar de los niveles de apoyo latino alcanzado por algunos republicanos, la inclinación demócrata de los hispanos se mantiene en el actual ciclo electoral. Un sondeo de Univisión muestra que 68 % tiene una imagen favorable de la demócrata Hillary Clinton.

La situación para los republicanos podría ser peor en 2016 que en 2012, si el multimillonario Donald Trump alcanza la nominación presidencial para las elecciones.

Sólo 7 % de los latinos que se identificaron como republicanos dijeron que votarían por Trump en las primarias, de acuerdo con el sondeo realizado para Univisión por la firma Bendixen & Amandi International.

De la misma forma, 71 % de los hispanos tiene una opinión “algo desfavorable” o “muy desfavorable” de Trump y 79 % encontró sus afirmaciones sobre los inmigrantes mexicanos como “ofensivas” .

En contraste, el exgobernador republicano de Florida, Jeb Bush, un abierto partidario de la legalización de millones de inmigrantes indocumentados, aunque no de una ruta a la ciudadanía, tiene un nivel de aceptación entre los hispanos de 36 %.

Más aún, los polémicos comentarios de Trump sobre los inmigrantes mexicanos parecen haber, no sólo indignado al llamado "gigante dormido" del voto latino, sino que lo ha motivado a participar en el proceso político.

El sondeo, realizado en momentos que Trump ha dominado el debate político pese a que existen 16 aspirantes, mostró que 92 % de los hispanos entrevistados consideró “muy probable” que voten en los comicios presidenciales de 2016.

Se trata de un dato clave, toda vez que los latinos padecen uno de los más bajos niveles de asistencia a las urnas.

Aunque los 55 millones de latinos que residen en Estados Unidos representan 17 % de la población, su participación electoral no ha rebasado el tope de 10 % alcanzado en las elecciones de 2010. Por comparación fue de 9 % en 2008 y 8 % en 2004.

Aunque Trump logró colocarse como puntero entre los aspirantes republicanos, un nuevo sondeo mostró una erosión en su popularidad, a raíz de sus polémicas afirmaciones de que el senador republicano de Arizona, John McCain, no era un héroe de guerra.

Para la campaña del senador de Carolina del Sur, Lindsey Graham, uno de los pocos aspirantes republicanos que apoya la reforma migratoria, la candidatura de Trump sólo podría beneficiar a los demócratas.

“Donald Trump continúa mostrando cada hora que está mal preparado para ser comandante en jefe. Las dos personas más entusiasmadas con la candidatura de Donald Trump son Barack Obama y Hillary Clinton”, aseguró.

jlcg

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