Miles de fervientes fieles colmaron la pequeña localidad de Caacupé, considerada la capital espiritual de Paraguay y donde el Papa Francisco

oficiará el sábado su primera misa multitudinaria en el país.

Emocionados por la posibilidad de estar cerca del líder de la Iglesia Católica, muchos acamparon en la principal plaza de la ciudad, aledaña a donde se hará la ceremonia, desde antes de que el Papa pisara tierra paraguaya el viernes en el último tramo de una gira que lo llevó también a Ecuador y Bolivia.

Con banderas e impermeables para la lluvia, los fieles alternaban canciones religiosas y rezos en la vigilia previa a la misa en las afueras del santuario de la Virgen patrona de los paraguayos, a la que el Papa se refiere con especial devoción.

"Francisco sabe que Caacupé es la máxima expresión de la espiritualidad paraguaya" , dijo Antonio Gamarra, un jubilado de 66 años que llevaba un día acampando cerca de una valla por la que pasará el Sumo Pontífice.

"Acá se aguanta el hambre, el frío, la lluvia, porque la fe nos protege de todo" , agregó emocionado, mientras sus acompañantes rezaban con las manos hacia el cielo o acomodaban sus sillas de acampar en el suelo fangoso de la plaza.

Muchos esperan que el mensaje del Papa argentino sobre los pobres ayude a mejorar la situación de un país que tiene a poco más de un quinto de su población viviendo en la pobreza y una mejor distribución de los recursos como deuda pendiente.

"Espero que Francisco nos traiga bendiciones, especialmente para el Gobierno, para que se termine la corrupción que la sufre la gente más humilde, los pobres" , dijo Elisa Vázquez, una funcionaria de la gobernación de Alto Paraná que recorrió casi 400 kilómetros a lo largo del país para ver al Papa.

"El presidente dice que va a terminar la pobreza. Claro que sí, se va a terminar la pobreza porque si seguimos así la gente humilde se va a morir toda" , agregó ofuscada la mujer.

Antes de celebrar la misa, Francisco concurrió el sábado al principal hospital pediátrico paraguayo en las afueras de la capital, desde donde muchos niños le habían escrito cartas y mensajes. El Papa llegó en el mismo Peugeot blanco utilizado por Juan Pablo II cuando visitó el país hace 27 años.

Mientras tanto, muchos de los fieles en Caacupé agitaban con orgullo banderas argentinas tras un largo peregrinar desde el vecino país. Miles cruzarían las fronteras para los diferentes actos.

La presidenta argentina Cristina Fernández fue invitada por su colega paraguayo Horacio Cartes y estará presente el domingo en la misa en el parque Ñu Guasu, a unos casi 60 kilómetros de Asunción, según la cancillería local.

"Es importante venir a verlo al Papa porque él está muy cercano a los pobres y a los que sufren y siempre acompañó a los humildes como obispo" , dijo Natalia Casamayor, una argentina de que viajó con un grupo de 50 personas desde Corrientes.

cg

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