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El deslave de un talud y taponamiento de un cauce generó que un torrente de agua y lodo arrasara un microbús, una camioneta tipo Combi y un vehículo Volkswagen que quedaron en el interior del río de San Bartolito.

Personal de Protección Civil, bomberos y personal del Sistema de Aguas de Huixquilucan auxiliaron a la población afectada en un predio de El Obraje, donde sacaron un auto Volkswagen de color verde y una combi, que quedaron sumergidos entre lodo y tierra.

El coordinador de la unidad de Protección Civil, José Alfredo Gutiérrez Ramos, señaló que luego de la atención de la emergencia iniciarán un procedimiento a fin de averiguar quien es el dueño del predio que provocó el deslave con un relleno de cascajo para deslindar responsabilidades.

El tiradero de cascajo y escombro, llamado La Estrella, que se ubica en la carretera Naucalpan-Huixquilucan entre El Obraje y El Mirador, tapó la bóveda por la que tradicionalmente bajaba el agua de lluvia, relató Angel Reyes Mora.

“Sabemos que el señor Aurelio Quinceaños, es quien está rellenado el predio que su ubica en lo alto de la barranca en la zona aledaña a la carretera Naucalpan-Huixquilucan, que al tapar la bóveda de desagüe que cruza por debajo de las vías del tren ahora provocó estos daños”, apuntó Reyes Mora, acompañado por un grupo de vecinos.

En un recorrido por la zona EL UNIVERSAL constató la actividad de maquinaria derribando árboles y la llegada de decenas de camiones materialistas que arrojan tierra sobre lo que fue una barranca verde, donde con cascajo y tierra están tapando cientos de árboles, especialmente encinos y tepozanes; además de terminar con el hábitat de fauna endémica como aves y reptiles, señalaron Juan Villegas Mejía y Angel Limas Gutiérrez, representantes de la Comunidad Indígena de Pueblos y Barrios de Huixquilucan.

“Este ecocidio lo está encabezando Aurelio Quinceaños en más de 38 mil metros cuadrados de tierras comunales, por lo que las comunidades indígenas interpusimos un amparo 1098”, apuntó Villegas Mejía.

“Es urgente que autoridades federales, estatales y municipales paren esta serie de tiros que afectan a San Bartolito, y que ponen en riesgo a cerca de un centenar de habitantes de la colonia Villagómez, que ahora quedó bajo el enorme tiro de más de 50 metros de altura”, señaló Paula Campos, junto con un grupo de mujeres que afirmaron que “ya no podemos dormir tranquilas por temor que todo esto se derrumbe y tape nuestras casas, como sucedió anoche en El Obraje”.

afcl

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