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El de ayer no fue el informe con las porras al por mayor y los papeles multicolores a las afueras de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF). Lo único que se repitió fue el dispositivo de seguridad desplegado en las inmediaciones del recinto legislativo. El Tercer Informe de Gobierno de Miguel Ángel Mancera quedó en un mero acto protocolario.

En el interior del salón de plenos se impuso la nueva correlación de fuerzas en la ALDF donde Morena ahora es mayoría y el PRD dejó de ser esa aplanadora legislativa, por lo que está obligado a buscar acuerdos.

Esta nueva realidad la reconoció el propio Miguel Ángel Mancera, quien desde la tribuna conminó a los legisladores a trabajar juntos sin importar los colores.

El jefe de gobierno intentó demostrarlo con hechos, cuando al término de su discurso de una hora bajó de la tribuna, se encaminó a la primera fila de los diputados, la de la bancada de Morena, y saludó con un apretón de manos a César Cravioto, coordinador parlamentario, quien antes le dijo que en su administración “no es todo color de rosa” y que había “cosas por rectificar”.

Al apretón de manos le siguió un “gracias por el posicionamiento”. La respuesta de Cravioto fue de botepronto: “somos republicanos”.

Más tarde explicaría el propio diputado local que acordó con Mancera reunirse porque “ahora sí había materia para hablar”.

El Ejecutivo local continuó su camino, se despidió de Alfonso Suárez del Real, quien fue su director de Finanzas en el Metro y que ahora está en la oposición; agradeció el apoyo del perredista Leonel Luna y con cierta calidez saludó a Adrián Rubalcava y Jorge Romero, ex jefes delegacionales en Cuajimalpa y Benito Juárez, respectivamente.

El evento político de ayer también estuvo caracterizado por las presencias y las ausencias. El secretario de Educación, Aurelio Nuño, a quien se le ha mencionado como posible candidato del PRI a la jefatura de gobierno para 2018, llevó la representación del Presidente de la República, cuando en años anteriores lo hizo el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

Nuño llegó antes de que concluyeran los posicionamientos de los partidos, pero lo mandaron a un salón de la Asamblea, fueron alrededor de 40 minutos los que estuvo ahí, lapso suficiente para que los priístas pasaran al tradicional besamanos.

Israel Betanzos, coordinador parlamentario del PRI, fue el encargado de llevar a cada uno de los interesados en darle la bienvenida al secretario de Educación. Aurelio Nuño se le vio incómodo y en algunos momentos hasta molesto, principalmente cuando el presidente de la Mesa Directiva, Armando López Campa, le pidió que llevará el mensaje al presidente de la República, Enrique Peña Nieto, de que el fondo de capitalidad fuera permanente.

Frente a ellos estaban sentados los gobernadores Eruviel Ávila, del Estado de México; Manuel Velasco, de Chiapas; Jorge Herrera, de Durango; José Francisco Olvera, de Hidalgo; Rodrigo Medina, de Nuevo León; Gabino Cué, de Oaxaca; y Roberto Borge, de Quintana Roo.

También estuvieron presentes el mandatario de Tabasco, Arturo Núñez; Egidio Torre, de Tamaulipas; y Mariano González de Tlaxcala. Todos ellos devolviendo la cortesía a Mancera, quien ha acudido a sus respectivos informes de gobierno.

Quienes brillaron por su ausencia fueron los líderes de Los Chuchos, Jesús Ortega y Guadalupe Acosta Naranjo, quienes hace un año estuvieron en el balcón perredista y que en esta ocasión dejaron a Carlos Navarrete, quien encontró la compañía del ex diputado federal Julio César Moreno. Los que sí estuvieron presentes fueron los líderes históricos del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas, Ifigenia Martínez y Porfirio Muñoz Ledo, los cuales conversaron amenamente e incorporaron a su plática al senador Alejandro Encinas.

Más atrás de ellos, dentro del grupo de los invitados especiales se encontraban los políticos que veían un gran dejo de nostalgia como transcurría la sesión, pues perdieron en las urnas o en los tribunales su posibilidad de tener una curul, como fue el caso de Leticia Quezada, quien no ganó el distrito de la delegación que gobernó, o Zuly Feria, del PVEM, quien incluso fue nombrada coordinadora de los verdes y en el Tribunal Electoral del Poder Judicial se lo negaron antes de rendir protesta.

Junto a ellos, el líder nacional del PAN, Ricardo Anaya, y el dirigente del blanquiazul capitalino, Mauricio Tabe, los cuales se pusieron de pie para aplaudir la intervención en tribuna de Jorge Romero, el único diputado local quien dejó claras sus dotes de orador al no leer su discurso y respetar el tiempo establecido para su intervención. Caso contrario fue el de la diputada Abril Trujillo, del PES, la más criticada por los asistentes a la Asamblea, ya que no fue capaz de leer correctamente una sola línea del orden del día.

La sesión resultó maratónica con un total de 10 oradores, lo que nunca había sucedido en la historia de la ALDF, más una hora de la intervención del jefe de Gobierno, quien a diferencia de otros años, sólo escuchó aplausos en cuatro ocasiones.

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