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Atreverse a colaborar en las labores de rescate luego de la explosión en el Hospital Materno Infantil en Cuajimalpa cambió para bien la vida de la familia Tobón, pues tendrán una nueva casa.

Aquella mañana de la tragedia, el estallido los despertó. Jonathan, de 12 años, caminó por el baldío de su casa hasta el terreno contiguo, donde el hospital se había convertido en escombros.

Ayudó a sacar un bebé de ahí. También Valeria Tobón, madre de tres niños: Juan Diego, María Fernanda y el mayor, Jonathan, se sumó al grupo que buscaba sobrevivientes.

El pequeño que cuenta con excelentes calificaciones y que en futuro quiere estudiar la carrera de médico forense, se convirtió desde ese día en una de las personas más conocidas de la colonia Contadero.

Para apoyar a la familia, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera y el DIF-DF prometieron regalar un departamento a la familia, pues la vivienda en la que actualmente habitan es rentada.

La familia se dedica a producir tortillas de trigo. Valeria tiene un segundo empleo en una taquería, pero el pago de renta deja poco dinero para los demás gastos. Por eso, las autoridades locales ahora cubren ese monto.

“El apoyo de una vivienda es un alivio para nosotros”, dice Valeria.

A medio año de apoyar en la emergencia, Valeria firmó unos documentos que formalizan un crédito con mensualidades muy bajas para obtener una vivienda propia con el apoyo del Instituto de Vivienda del Distrito Federal (Invi).

Las autoridades no le han aclarado qué se hará para formalizar la promesa de que el departamento sea un regalo, pero la señora Tobón confía en que se cumpla el ofrecimiento, y si no “también es justo el crédito que me dan, esperaremos hasta diciembre", fecha en que le harán entrega de la vivienda, que estará ubicada en la colonia Tacubaya.

Valeria dice que no se han aprovechado de la tragedia. “No quisimos lucrar, no pedimos el departamento”, sino que el DIF-DF se los ofreció para apoyarlos al ser madre jefa de familia y porque Jonathan está en el programa de niños talento.

La nueva vivienda que podrá entregarse a los Tobón en diciembre entusiasma a Jonathan.

“Siempre he querido mi cuarto aparte y así pegar en la pared mis posters del América y del Real Madrid”, comenta el niño de 12 años.

De una caja saca diplomas, recortes de periódico de sus entrevistas, muñecos y un par de trajes naranjas que le dieron los Topos, una organización de rescatistas voluntarios que lo nombró miembro honorario y ahora la gente le llama “Niño Topo” o “Topo” y le piden fotografiarse con él.

“Un día llegué tarde a mi casa porque cuando me iba una amiga dijo a los demás que yo era el “Topo” y entonces varios me preguntaron qué hice ese día. Al final llegué tarde a casa”, comenta con humor.

El pequeño guarda decenas de cartas que sus compañeros de la primaria José Arturo Pichardo le regalaron para reconocer su apoyo en la emergencia. “Fue muy bonito acto el que hiciste por ese bebé”, dice uno de los mensajes en alusión al apoyo de Jonathan para rescatar a un menor.

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