El paradero de Indios Verdes amaneció “apagado”. Las calles llenas de lodo, basura y hasta zapatos recordaron el caos de una noche antes, cuando una tromba inundó la zona y alcanzó metro y medio de profundidad, afectando a vecinos, locales comerciales y transportes.

Anegaciones en todos los carriles del Centro de Transferencia Modal (Cetram) y tierra arrastrada por la fuerte lluvia fueron el panorama de este jueves. Las personas que horas antes caminaron entre el agua, que les llegaba al pecho, trataron de evitar el paradero y prefirieron el metro para trasladarse, muchos de ellos seguían con la duda de cómo había quedado Insurgentes Norte.

Alrededor de las 09:00 horas los choferes hacían fila y esperaban su turno para salir. Otros, los que estuvieron presentes, lavaban su unidad con trapos y escobas pues la tierra las dejó oscurecidas.

Todos, con periódico en mano, comentaban los daños y decían que aunque cada año hay inundaciones, desde hace tres no pasaba algo similar.

“Estuvo muy feo, fue muy cruel. Como 20 unidades se quedaron entre el agua, la gente no podía salir del metro y quienes se arriesgaban casi salían nadando. Esto no se esperaba”, narra Jorge, conductor de una combi.

En las oficinas del Cetram, con pantalones recogidos y zapatos acartonados por la humedad, los trabajadores sacaban el agua con un recogedor y paliaban el lodo.

Dicen que aunque el miércoles se metieron al agua para destapar las coladeras con las manos y a pesar de que para ingresar hay escalones que alcanzan el medio metro de altura, tanto en el área de oficinas como en los baños el líquido subió 40 centímetros.

“Aunque suene raro ya no nos da miedo, estamos acostumbrados a que se inunde, aunque sea poco, pero es injusto que las autoridades no se interesen por arreglar las coladeras y levantar la basura. Nosotros qué culpa tenemos”, dijo una trabajadora.

Pérdidas hasta por 50 mil pesos

Agustín es uno de los afectados por la tromba que cayó la noche del miércoles. A lo lejos no notó la inundación, aceleró, avanzó rebasando los camiones detenidos y su combi quedó atorada en una laguna de más de un metro y medio de profundidad. Y aunque desconoce el daño del vehículo, estimaciones de otros choferes indicaron que el costo por la reparación podría ser de entre 10 mil y 50 mil pesos.

“Se puede dañar la máquina, se mete el agua en la computadora y el sistema en general se quema, eso sería lo más grave. Lo ‘menos peor’ es que el aceite se haya combinado con el agua y requiera talachas menores, pero todo cuesta”, dijo uno de los operadores.

De acuerdo con choferes, alrededor de 20 unidades resultaron afectadas por la inundación, el resto detuvo labores desde cerca de las 18:00 horas para evitar daños.

“Nuestros patrones nos dicen que si está muy feo que le paremos, no es lo mismo perder 200 pesos en una noche que 20 mil”, explicó Jorge, otro de los conductores.

Desde ayer por la mañana, con desánimo y frustración, Agustín se metió bajo el carro a retirar el aceite que se mezcló con el agua de lluvia. Tiene la esperanza de que con eso y el secado, la combi pueda funcionar.

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