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Algunos trabajadores y vecinos del presunto líder criminal Felipe de Jesús Pérez Luna, alías El Ojos,lo calificaban como una persona que brindaba trabajo a las personas de la comunidad, pues les dio empleo a más de 300 jóvenes que conducían sus unidades de mototaxi. Sin embargo, era de cuidarse, porque de hacer algo mal podrían aparecer muertos.

“Yo no veo a un funcionario o a alguien más apoyando a los vecinos, por eso la situación se puso dura, él nos apoyaba a todos, siempre había algo de trabajo”, comentó uno de los vecino.

“No sabíamos realmente quién era, se decía que era narco y que si alguien buscaba problemas en la zona aparecía muerto”, comentó otro de los habitantes de la zona.

Esta red de taxistas piratas y mototaxistas irregulares realizaba funciones de halconeo y de venta de droga. El pasado 20 de julio quemaron tres unidades del transporte público y un camión de volteo como protesta luego de que personal de la Secretaría de Marina (Semar) abatió al presunto líder del Cártel de Tláhuac.

El especialista en temas de seguridad Gabriel Regino explicó que en la dinámica criminal se van reclutando a las personas que se dedican a diferentes delitos para poder lograr tener un control completo de la zona, convirtiéndolos en halcones, distribuidores de drogas o cuidadores.

“En cuanto a la base social, dicen que [El Ojos] compró mototaxis, con eso de darles chamba a la gente. Esa zona de la Ciudad de México es un punto que siempre ha sido característico de una criminalidad bastante peculiar y violenta. En Tláhuac, Xochimilco y Milpa Alta hay mucho secuestrador, asaltabancos, y cuando les das ese tipo de apoyos te echas a la gente al bolsillo”, explicó el especialista.

En la zona, luego del enfrentamiento donde perdieron la vida El Ojos y otros siete presuntos integrantes del Cártel de Tláhuac, la gente explicó sobre el papel que tenía el presunto líder criminal en la comunidad, pues a pesar de que se le vincula con más de 20 homicidios, secuestros y venta de droga, aseguran que él mantenía el orden.

“Aquí todo estaba bien, no había enfrentramientos y si a alguien se le ocurría meterse en problemas, se le castigaba, hacía lo que la policía no se atrevía”, comentó un vecino.

El especialista en seguridad argumentó que para el trasiego de drogas a la Ciudad de México tuvieron que pasar por un corredor que conecta de Guerrero a la capital, circulando por Iguala, Cuernavaca, Xochimilco hasta Tláhuac, y señaló que para poder hacer este recorrido fue necesaria la participación de la policía.

“No se puede entender este tema sin la participación de autoridades policiales. Entonces, en este contexto las autoridades próximas quienes tienen a su cargo el combate al narcomenudeo, la Procuraduría local y la Policía Preventiva, que es la que está en el sector y sabe lo que sucede en la zona”, explicó el experto.

Argumentó que esta organización no había tenido que ser tan violenta porque quizá no tenía con quién compartir o competir por el territorio.

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