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Postres con marihuana, repartición de todo tipo de droga usando mochilas con logos de UberEats y ahora hasta en puestos ambulantes donde en vitroleros —como si fueran aguas frescas— se oferta una dosis de cristal a 100 pesos, perico y roca de segunda a 250 pesos, la de primera a 270, la conocida como rosas, en teoría más pura, a 300, y el hit, la “lavada” con sabor a coco y uva, a 400 pesos.

Son algunos de los métodos de diversificación que han encontrado los narcomenudistas ligados al Cártel de Tepito para seguir distribuyendo todo tipo de enervantes, esto ante el incremento de los decomisos y los operativos en las delegaciones Cuauhtémoc y Venustiano Carranza que han realizado las autoridades locales.

La metodología de exhibir las drogas en la vía pública en vitroleros se detectó desde junio. La procuraduría local sabe que así se venden en los tianguis del Chopo, en los de La Raza, en la Merced Balbuena, en el Mercado de Sonora, en el corazón de Tepito, afuera del Casco de Santo Tomás, y las preparatorias del Politécnico en las inmediaciones de la Ciudadela.

El trabajo de inteligencia reveló también que los proveedores son los que tienen el control de un lugar conocido como El Bunker, vecindad que se encuentra en Tepito sobre la calle Jesús Carranza. Ahí se parte, se maquila, se empaqueta y distribuye marihuana, cocaína, cristal, pastillas psicotrópicas e incluso hashis a los puntos de venta que se extienden hasta la Gustavo A. Madero.

En este sitio incluso se tiene un lugar especial donde el cliente puede escoger qué tipo de drogas quiere y consumirla ahí mismo.

Personal especializado es el encargado de la producción de brownies y pasteles, mientras que otros reciben llamadas telefónicas y dan a conocer a los repartidores en motoneta o bicicleta de los pedidos; para esto utilizan las maletas de UberEats.

Pasos pequeños. Gracias a los diversos operativos implementados por la Secretaría de Seguridad Pública y la procuraduría capitalina, en este primer semestre del año se han decomisado en Tepito, así como en la zona limítrofe de las delegaciones Cuauhtémoc y Venustiano Carranza, 80 kilos de marihuana, más de dos kilos de cocaína, 200 pastillas psicotrópicas y otras drogas en cantidades más pequeñas, esto según el informe de la SSP en el mes de junio.

Esta cantidad, según los propios reportes, es mínima si se toma en cuenta el alcance y los más de 300 puntos de venta que tienen los narcomenudistas que operan en la zona del Barrio Bravo y sus alrededores. Ante esta situación, los operativos y trabajo de inteligencia se han diversificado, lo que permite un mayor numero de detenciones.

Ahora incluso las denuncias y quejas se reciben a través de redes sociales y plataformas electrónicas donde los vecinos, comerciantes o clientes, envían hasta fotografías y el punto exacto de donde se venden y se consumen los enervantes.

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