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Lesly y El Flaco eran papás de un niño de tres años que los acompañaba en sus largas jornadas de trabajo en la Central de Abasto (Ceda) y quien ayer murió atropellado por un camión de carga tipo torton.

La pareja perdió de vista al infante sólo por un instante, mismo en el que el menor comenzó a caminar entre los camiones de carga.

“¿Dónde está el niño?”, se preguntó Lesly, y comenzó a preocuparse más cuando en su campo de visión no lo encontraba.

La mujer y su pareja se encontraban trabajando en el área de subastas de la Ceda cuando el infante aprovechó la distracción de sus papás y comenzó a explorar en el estacionamiento, donde vehículos de carga realizaban maniobras.

De pronto, el chofer de una de las unidades comenzó a avanzar y no alcanzó a ver al niño, al que apalastó con las ruedas delanteras y traseras causándole una muerte inmediata.

Como el resto de las personas en el lugar estaban trabajando, nadie observó el accidente, únicamente se escuchó un grito cuando un cargador encontró el cuerpo del pequeño en medio del pasillo donde se ofertan tomates y jitomates.

Al escuchar sobre el menor atropellado Lesly corrió hacia ese punto y confirmó que la víctima era su hijo.

Policías preventivos buscaron sin éxito al conductor responsable, quien para esos momentos ya había abandonado las instalaciones de la Central de Abastos, ubicada en la delegación Iztapalapa.

La zona donde quedó el cadáver del menor fue acordonada por policías preventivos, a la espera del personal de Servicios Periciales de la Procuraduría capitalina para que realizaran el levantamiento del cuerpo.

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