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En la Ciudad de México existe descontento de usuarios del transporte público concesionado al grado de que por lo menos 75% de la población que lo utiliza considera que es un servicio inseguro y deficiente.

La mayor inconformidad de las personas es que muchas veces el transporte público es manejado por operadores jóvenes con poca experiencia y que, en diversas ocasiones, pareciera que a bordo traen objetos y no pasajeros.

El caso más reciente se dio en calzada de Tlalpan, a la altura del metro General Anaya, donde dos unidades de las Rutas 1 y 26 sufrieron un percance provocando lesiones a 10 personas.

Otra situación de esta naturaleza se suscitó el 28 de marzo en la calle Cerro de Jesús en la colonia Campestre Churubusco, delegación Coyoacán, donde un conductor de un microbús de la Ruta 12 estuvo involucrado en la muerte de un motociclista derivado del movimiento brusco del transporte para ingresar al paradero norte de la terminal Tasqueña.

Tal es el problema que las 10 fuerzas políticas representadas en la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México se pronunciaron porque no se expidan licencias de tránsito tipo C a conductores menores de 25 años y que esta edad sea considerada un requisito al momento de realizar el trámite.

Además, consideraron urgente que dentro de la evaluación médica que se efectúa a los conductores se practique una prueba de confiabilidad para dar certidumbre y seguridad a los usuarios del transporte público.

La propuesta salió del presidente de la Comisión Especial para el Seguimiento del Sistema de Protección Social en Salud del órgano legislativo local, Miguel Ángel Abadía Pardo.

Manejo deficiente. De acuerdo con estadísticas en materia de inseguridad en el transporte público, 37.5% de transportistas está involucrado en por lo menos un accidente vial al año.

Es decir, cuatro de 10 unidades sufren un siniestro colocando a la capital en el cuarto lugar que registra este tipo de infortunios a nivel nacional.

En 2015 entró en vigor un nuevo Reglamento de Tránsito para salvar vidas de peatones, ciclistas, motociclistas, y conductores de vehículos automotores en general.

Hasta el momento, los resultados son satisfactorios, consideran los diputados locales, pero dicen que negar la licencia a jóvenes sin experiencia contribuiría a reducir el número de accidentes en las calles de la Ciudad.

La Secretaría de Movilidad (Semovi) establece requisitos frágiles y sencillos para obtener la licencia tipo C, acusan los diputados

De acuerdo con un análisis hecho por la comisión que preside el legislador panista, no se observa un criterio para medir el estado de madurez y responsabilidad de la que deben gozar los operadores de colectivos.

“Como servidores públicos debemos de tomar cartas en el asunto, es de suma importancia velar por la integridad, seguridad de las personas, sin dejar de lado que el transporte público es abordado no sólo por habitantes de la Ciudad, sino que también por el grueso de personas que desempeñan alguna actividad dentro de la capital”, refirió el panista.

Sin excepción, los asambleístas de los grupos parlamentarios coincidieron en que la Semovi debe garantizar que todos los operadores del transporte público concesionado gocen plenamente de sus facultades, que su estado de madurez sea suficiente ya que no sólo son responsables de la integridad de los usuarios, sino que también de los que transitan a su alrededor.

Unidades viejas. A diario circulan por las calles aproximadamente 30 mil unidades tipo microbuses, los cuales en su mayoría son modelos de la década de los 90.

Ya cumplieron su vida útil que es de 10 años —de acuerdo con el numeral 97 de la Ley de Movilidad— por lo que actualmente presentan un desgaste en sus autopartes y también representan un riesgo para los usuarios.

Una encuesta sobre la percepción de los pasajeros en la capital del país señala que las experiencias más desagradables en el transporte público concesionado están relacionadas con la inseguridad (38%), falta de cultura cívica en el transporte (11%), incomodidad (6%), contaminación (2%) y tráfico (2%).

La presidenta de la Comisión de Juventud y Deporte del órgano legislativo local, Beatriz Olivares, dijo que aún cuando se ha logrado avanzar en la renovación del parque vehicular de microbuses y taxis, no se ha podido aventajar en el cumplimiento de las normas de seguridad y de reglamentación vial, pues la vulnerabilidad de las personas en el transporte público es latente y se extiende a peatones y ciclistas

Mencionó que según estadísticas del Servicio Médico Forense, en la Ciudad mueren aproximadamente 900 personas cada año en accidentes de tránsito, de las cuales 60% son atribuibles al transporte público, principalmente a taxis y microbuses.

Las muertes por hechos de tránsito más comunes son los atropellamientos, choques, volcaduras y la caída de vehículos en movimiento, ocasionadas principalmente por las constantes violaciones al Reglamento de Tránsito y el excesivo número de unidades.

La legisladora consideró indispensable evaluar los aspectos negativos en el transporte para conocer cuál es el problema principal de los servicios públicos ya que de acuerdo con la opinión de los capitalinos son el personal operativo (33%), infraestructura (29%), seguridad (16%) y falta de organización de los servicios comerciales (8%).

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