La urbanización y la actividad humana provocaron que organismos externos acaben con los endémicos y afecten el entorno de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA) en la Ciudad de México.

La profesora Hilda Marcela Pérez Escobedo, de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comentó que especies extrañas en la zona tendrían consecuencias graves como el cambio en la composición florística, perturbaciones y transformaciones en la estructura, así como en los procesos ecológicos.

“Es indispensable retirar aquello que lastima la reserva para así protegerla y preservarla”, comentó la académica, quien explicó que el Pedregal de San Ángel se originó luego que el volcán Xitle hiciera erupción hace aproximadamente mil 670 años.

Explicó que con su lava generó un entorno propicio para el desarrollo de flora y fauna, pero el territorio se modificó luego de la edificación de inmuebles de la UNAM.

En 1954 la reserva contaba con 350 especies foráneas, mientras que para 1990 se hallaron 77 más, lo que se debe a que al erigirse Ciudad Universitaria, el territorio se convirtió en un socioecosistema, es decir, uno en el que interviene el hombre, indicó.

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