Durante el primer semestre del año, siete sucursales de la tienda departamental Sanborns han sido robados por varias células delictivas que operan con un mismo modus operandi, ingresan cuatro personas con armas de fuego, amagan a los guardias de seguridad y con mazos, rompen los aparadores donde están las joyerías, los relojes, tabletas y teléfonos inteligentes.

A decir de la Procuraduría Capitalina, estas bandas no están coordinadas entre sí, ni tienen relación; son “delincuentes ocasionales” que aprovechan el descuido de las guardias de seguridad y la facilidad de las tiendas para que ingresen sin tener arcos detectores de metales ni la seguridad adecuada que se requiere para estos lugares.

Los avances en el trabajo de inteligencia para desmantelar a estos grupos delictivos indican que por lo menos, dos días antes del robar un local, los delincuentes ingresan y estudian todos los movimientos del lugar, observan cuantos y donde están colocados los guardias, donde están los estantes con los objetos de valor y además, las rutas de escape.

Por esto, eligen aquellas que tengan una arteria rápida y calles aledañas con colonias que facilitan el escape, la mayoría de ellos usa el transporte público para darse a la fuga, escapan en bicicleta o a pie, lo que dificulta la llegada a tiempo de los policías para detenerlos.

Siempre portan una mochila o bolsa de mano donde guarda los objetos robados y el mazo, prefieren robar cosas con alto valor en el mercado negro y pequeños, por lo que con facilidad los ocultan, con estos datos, la autoridad a acudido a donde se dan las alertas de robo y han logrado de tener a tres involucrados.

Quienes planean los atracos utilizan a menores de edad, pues están conscientes que la nueva reforma penal tiene múltiples beneficios para los delincuentes  "primerizos", tal como sucedió el mes pasado cuando se capturó a un menor de edad en flagrancia en el primer cuadro de la ciudad, debido a que no contaba con antecedentes penales, fue liberado después de pagar los teléfonos que se le encontró en una mochila.

Estas células operan en promedio cada mes y medio, por lo que las autoridades en coordinación con la empresa afectada, ya tiene establecido un operativo cercano a las tiendas donde con anticipación se registra actividad sospechosa de jóvenes que se hacen pasar por clientes, cuando en realidad, solo observan los movimientos del personal de seguridad y los objetos que se pueden sustraer tan solo, en un minuto.

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