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Roberto Sánchez Ramírez, El Fugas, y Agustín Miranda Orozco cobraron fama después que el pasado 30 de mayo escaparan del Reclusorio Oriente, donde fueron citados por el Juez 35 de lo penal para ampliar su declaración, pero junto al juzgado se habilitó una bodega de archivo muerto por donde huyeron.

Ambos burlaron toda la seguridad del Sistema Penitenciario y del Tribunal Superior de Justicia. En esa ocasión, cómplices de los prófugos ya les habían dejado en la bodega ropas, una cizalla y varios barrotes limados previamente, lo que facilitó su escape; una semana después de su fuga EL UNIVERSAL difundió imágenes de cómo salieron por la puerta principal.

El 13 de junio agentes de la Policía de Investigación dieron a conocer la detención de Agustín. También estaba recluido en un motel de la delegación Iztapalapa, donde según las primeras versiones policiacas, estaba esperando a su pareja sentimental, quien también era su abogada, para que le entrega dinero en efectivo y así poder escapar de la ciudad hacia el norte del país.

El Fugas ingresó por primera vez al Reclusorio Norte en 1990 y recibió el mote porque al año de recluido (1991) escapó y fue detenido ocho años después, pero duró tras las rejas sólo un par de meses cuando ejecutó otro escape con éxito; su argumento para burlarse de las autoridades, “porque era fácil y el podía salirse las veces que quisiera”.

Por la fuga de los dos internos este año —presos por robo a mano armada, secuestro y delincuencia organizada— la procuraduría inició una investigación en la que se entrevistaron a siete custodios, encargados de la seguridad de los internos prófugos así como a personal del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) local.

En las investigaciones, hasta el momento, la PGJ no ha encontrado responsabilidad hacía el personal del tribunal; sin embargo, el organismo jurisdiccional dio a conocer que entregó videos del juzgado y sus alrededores, así como la lista de trabajadores del TSJ que tenían acceso a la bodega del archivo muerto.

Mientras que dos custodios del Sistema Penitenciario, el jefe de turno y el encargado de vigilarlos el día de los hechos, fueron detenidos por las autoridades, pues determinaron que su omisión y el no realizar correctamente su labor facilitó la fuga de los ahora detenidos.

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