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“La gente está privilegiando la posibilidad de usar su automóvil, incluso por encima de los daños a la salud que esto le puede causar. El Hoy No Circula se está viendo sólo desde un impacto negativo o como un castigo, pero son mayores los beneficios que puede traer a largo plazo”, señalaron especialistas del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA).

Gabriela Niño, coordinadora de proyectos de CEMDA, sostuvo que como medida temporal, el Hoy No Circula podría evitar que la Ciudad de México vuelva a caer en un problema de contingencia ambiental agravada por la temporada de calor; sin embargo, “el problema ambiental tiene una estructura muy elaborada, no debe verse como una única solución”, advirtió.

Al cuestionar sobre el disgusto que siente la ciudadanía con este tipo de restricciones, Giselle García, especialista del CEMDA, mencionó que las acciones deben ser vistas como parte de la toma de decisiones de los gobiernos en las que hace falta que el ciudadano asuma su responsabilidad, pues se debe pensar a largo plazo y por el interés común.

“Estas decisiones son urgentes y también tienen una consecuencia política. Sin duda quitan votos y seguramente los resultados de aplicarlas no se van a ver sino en años, pero la calidad del aire y el costo a la salud pública es algo que no se puede postergar y una vez ya ocurrió, pues en la anterior puesta en marcha del No Circula fue decisión de la CAMe y todas las demás entidades decidieron salirse”.

García señaló que la población sigue viendo el tema de las restricciones para la circulación como un castigo o algo unilateral, pues no han caído en cuenta que los problemas de salud no sólo lo va a sufrir 30% que tiene carro sino todos los habitantes de la megalópolis.

Por su parte, Ramón Pérez Guillé, coordinador de Educación Continua del Centro de Información y Comunicación Ambiental de América del Norte (Ciceana) sostuvo que un No Circula definitivo bajo el esquema que se va a aplicar en el que todas las calcomanías descansan podría desatar una desbandada en la compra de autos que no necesariamente sean nuevos.

“Me temo que los que no están acostumbrados al transporte van a adquirir incluso carros usados o viejitos para circular el día que su otro coche está parado. Se ha visto antes y esto no disminuiría ni la contaminación y mucho menos el congestionamiento vial. Todo se iría para arriba, por eso hay que pensar muy bien cuál va a ser la medida definitiva una vez que pase este periodo de prueba”.

Expertos coincidieron en que al crear una normativa definitiva se deben seguir tomando en cuenta temas como la mejora de combustibles, la urgencia de invertir en el transporte y la verificación real de unidades contaminantes móviles y los fijos, tal es el caso de las fábricas, industrias y talleres.

Al mismo tiempo que consideraron necesario que la ciudadanía tome corresponsabilidad en los temas relacionados al ambiente, “pues por más medidas que se quieran implementar siempre va a haber quien busque los huecos —sean o no jurídicos— para saltar la norma”, dijo Ramón Pérez.

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