Más allá de la búsqueda de un cuerpo perfecto, los trastornos de la conducta alimentaria encierran situaciones y problemas mucho más severos que se relacionan con el cuidado de la apariencia física y con aspectos emocionales. Pueden comenzar como una simple preocupación por mantener el peso a través de la comida; pero quienes los padecen, usan los alimentos para compensar sentimientos que les resultan insoportables. Se convierten en un modo de lidiar con emociones dolorosas. Es una manera de tomar el control de su propia vida; sin embargo, estos comportamientos dañan su salud física, mental y emocional. Un ejemplo de este tipo de padecimientos es el Trastorno por Atracón (TA), una condición mental seria que se caracteriza por la falta de control en la ingesta de una cantidad de alimentos mucho mayor a la que la mayoría de las personas consumirían en un periodo similar y en situaciones parecidas. Además, suceden con una frecuencia recurrente de al menos una vez a la semana durante tres meses o más.

Descontrol al comer

El TA* es más común que la anorexia y la bulimia, tiene una prevalencia del 1.9% en el mundo. En México, “se estima que es de 1.6%, de los cuales 60% son mujeres y 40% hombres, pertenecientes a cualquier nivel socioeconómico y de todas las edades, –aunque es más común en adultos. “Esto lo convierte en un problema de salud pública y social”, comenta el doctor Armando Barriguete Meléndez, primer latinoamericano fellow de la Academy of Eating Disorders de Estados Unidos y director de la Clínica Ángeles de Trastornos de la Conducta Alimentaria. Según el especialista, quienes sufren este desorden presentan una combinación de síntomas similares a los de los bulímicos. Pero aunque se caracteriza por atracones recurrentes, no se acompaña de las estrategias compensatorias típicas de la bulimia como vomitar, usar laxantes, diuréticos, enemas o hacer ejercicio de forma excesiva.

*El Trastorno por Atracón ( TA ) fue reconocido como un de sorden específico de la conducta alimentaria por primera vez en 2013 por el Diagnostic and Satiscal Manual of Menta l Disorders (DSM-5)

A detalle

El síndrome del atracón fue descrito por primera vez en 1959, por Albert J. Stunkard, profesor de psiquiatría de la Universidad de Pennsylvania, Estados Unidos, pero no fue sino hasta mediados de los años noventa cuando apareció en la clasificación de las enfermedades psiquiátricas. Se le considera así porque provoca alteraciones en los impulsos y deseos ante la comida. “Se puede asociar hasta en un 70% de las personas con obesidad, pero no es una regla, ya que hay personas delgadas que también pueden padecerlo”señala el doctor Alejandro Caballero, especialista en trastornos de la conducta alimentaria y coautor de diversas publicaciones científicas. Comenta que quienes lo padecen presentan depresión y ansiedad, además de patrones inconstantes en su alimentación.

¿Cómo reconocerlo?

De acuerdo con el Manual Estadístico y de Diagnóstico de las Enfermedades Mentales, si presentas al menos tres de las características siguientes, entonces padeces el trastorno de la conducta alimentaria por atracón:

1. Ingieres alimentos mucho más rápido de lo normal.

2. Comes hasta sentirte desagradablemente lleno.

3. Consumes grandes cantidades de comida a pesar de no tener hambre.

4. Comes a solas para esconder tu voracidad.

5. Sientes depresión o gran culpabilidad, y te sientes a disgusto contigo mismo después de un episodio de atracón.

6. No practicas ninguna estrategia compensatoria inadecuada para eliminar las calorías consumidas como: vomitar, usar laxantes, purgas o diuréticos; hacer ayunos o realizar mucho ejercicio.

Es importante mencionar que los atracones tienen lugar en promedio al menos dos días a la semana durante seis meses.

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