Objeto de culto en la noche de Halloween, donde no puede faltar, la calabaza, guisada, rehogada o en puré  es una hortaliza deliciosa. Además ofrece una gran cantidad de posibilidades en la cocina y, a cambio, aporta un escaso número de calorías.

“Contiene entre 17 y 29 calorías por cada 100 gramos, dependiendo de la especie de calabaza”, indica Elena Pérez Montero, nutricionista del Hospital Quirón de Madrid. Se trata de un alimento que puede ser utilizado en cualquier tipo de dieta, incluso en las de adelgazamiento, comenta la especialista.

La idea de que este fruto engorda “deriva de la asociación con el tipo de calabaza de la que se extrae el cabello de ángel”, afirma. “Para obtener dicho producto se deseca la calabaza hasta que sólo queda la fibra y después se le añade azúcar. Debido a ello pensamos que el resto de calabazas también engorda, aunque la mayor parte de ellas tiene una proporción de agua muy alta y muy pocas calorías”, explica.

Esta hortaliza de la familia de las cucurbitáceas presenta infinidad de colores, sabores, tamaños y formas.

Según publica la revista “Muy interesante”, hay 850 especies de calabazas. Están englobadas en dos grandes grupos: las de verano y las de invierno.

“Entre las primeras están la calabaza bonetera, aplanada y muy apreciada en Estados Unidos; la espagueti, propia de Japón y la rondini, redondeada y anaranjada. Las de invierno tienen la carne más seca y dulce. Forman parte de este grupo la calabaza de cidra o almizclera y la calabaza confitera, con la que se prepara el cabello de ángel”, describe esta publicación.

VITAMINAS Y MINERALES

“Las calabazas de verano tienen más cantidad de agua pero ambos tipos son ricos en vitaminas y minerales”, señala Elena Pérez.

Dos de las principales sustancias presentes en la calabaza son el caroteno y el licopeno. El caroteno va a derivar en vitamina A una vez que ha sido absorbido por el organismo. De hecho, “todos los frutos de color anaranjado y rojizo tienen estos dos componentes fundamentales: vitamina A y licopeno”, explica la nutricionista.

Ambos contienen altas propiedades antioxidantes. El caroteno resulta beneficioso tanto para la vista como para los huesos, mientras  que el licopeno constituye una importante fuente de vitaminas y su acción antioxidante es “mucho más elevada que la mayoría de los antioxidantes conocidos”, explica.

Asimismo, el licopeno puede resultar provechoso para quienes presenten altos niveles de colesterol y para aquellos que padezcan algunas patologías susceptibles de degenerar en ciertos tipos de cáncer. “Parece que puede tener buenas perspectivas en los tumores del aparato digestivo y de la próstata”, apunta.

Además del caroteno y el licopeno, la calabaza posee unas sustancias llamadas cumarinas. “También tienen propiedades antioxidantes pero, sobre todo, las cumarinas son conocidas por su capacidad para prevenir problemas en la circulación”, aclara.

"Las cumarinas actúan tanto sobre la circulación venosa como sobre la arterial", añade.

Asimismo, la calabaza es rica en vitamina C y en potasio. “La vitamina C favorece las defensas, por lo que su consumo siempre se recomienda cuando hay cambios de temperatura o cuando tenemos más nerviosismo o estrés, ya que en estas circunstancias las defensas se ven alteradas”, destaca.

Respecto al postasio, aunque el plátano suele ser la principal referencia de alimento rico en este mineral, dicha sustancia también está presente en la calabaza. De hecho, esta fuente de potasio es especialmente recomendable para quienes padecen ciertos trastornos y patologías.

“Los hipertensos que utilizan un diurético están perdiendo sales minerales a través de la orina, por lo que deben consumir potasio”, precisa Pérez. En el caso de que haya una diabetes junto a la hipertensión pueden recurrir a la calabaza en lugar de al plátano porque, al contrario que esta fruta, la calabaza no tiene una gran cantidad de hidratos de carbono, asegura.

Pero, más allá de la pulpa, también se pueden consumir sus pipas, que reúnen “bastantes propiedades de las que tiene la calabaza en sí”, comenta la nutricionista.

Carotenos, licopeno, vitamina C y cumarinas están presenten, asimismo, en las semillas de la calabaza. Se trata, en definitiva, de un fruto muy completo del que se pueden extraer infinidad de presentaciones culinarias así como un gran número de beneficios para la salud y eso que en Halloween más de uno se da un susto con ella...   .

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