El regreso del partido de Estado

La historia que se vivió en el México anterior a la transición democrática se está repitiendo bajo el mismo esquema de partido de Estado, pero con nuevo nombre: Morena.

Hace décadas se llamaba PRI y el gran problema no sólo era la mala conducción del país ni los malos resultados que año tras año entregaban a los mexicanos, el problema era que el PRI no era un partido político que compitiera en las elecciones como cualquier otro, era un brazo político del gobierno federal que competía electoralmente con todos los recursos del gobierno y hoy, fiel a su formación inicial, Andrés Manuel López Obrador con total descaro está regresando al esquema de partido de Estado.

En los seis estados en donde hay elecciones se han entregado de forma discrecional “tarjetas del Bienestar” para beneficiar a los candidatos de Morena. En Baja California un delegado de Financiera Rural fue captado en video junto con el candidato a gobernador de Morena ofreciendo programas federales a cambio de apoyo electoral y, en Aguascalientes, Ricardo Monreal, Coordinador de los Senadores de Morena, en un evento público ofreció “bajar” recursos a cambio de votos. Todas estas conductas no sólo trasgreden el espíritu democrático de las elecciones, también constituyen delitos electorales que deben ser juzgados y sancionados.

En otro ejemplo claro del objetivo de hacer de Morena un partido de Estado está la utilización de los medios públicos. La nueva programación en los canales Once y 22 deja de manifiesto que los medios públicos ya no son públicos y se cumple un atropello que ni siquiera en las épocas de mayor autoritarismo del PRI se realizó: hacer de los medios públicos un canal de difusión partidista e ideológico.

Hace unos días se estrenó un programa en Canal Once conducido por John Ackerman, quien además de ser uno de los principales promotores de López Obrador, es esposo de Irma Sandoval, la Secretaria de la Función Pública. El Canal 22 ya presentó “El Chamuco TV”, que antes se transmitía por TV UNAM y en donde participa Rafael Barajas “El Fisgón”, que es un caricaturista que durante décadas se ha dedicado a denostar, a partir de mentiras, al PAN y además, casualmente, es el director del Instituto de Formación Política de Morena. A los anteriores ejemplos se debe sumar la presentación del programa “Me canso ganso” en el canal 22, la descarada utilización de Notimex para intentar convertir en cantante a la primera dama, Beatriz Gutiérrez Müller, y la transmisión diaria en Canal Once de la conferencia matutina de López Obrador, violando el artículo 134 de la Constitución que estipula que los medios públicos no son para promoción personal de nadie.

La intención de Morena es generar una nueva clase de intelectuales y “opinadores” que sean fieles a su gobierno; maniobra que ni siquiera el PRI logró en sus épocas de mayor control en los medios públicos y privados. En el PAN seguiremos insistiendo en que los medios públicos deben distinguirse por la independencia editorial, autonomía, respeto a la diversidad ideológica, étnica y cultural, inclusión, participación ciudadana, y pluralidad de contenidos, así como la transparencia y rendición de cuentas.

La utilización de programas sociales, clientelares, para hacer estructuras electorales que se traduzcan en votos y el uso de los medios públicos de comunicación como instrumento de propaganda política es la transgresión democrática más grande que hemos vivido en México desde la transición del año 2000. A partir de estas y de otras acciones que paulatinamente se están instrumentando, se ve claramente la intención de consolidar un régimen autoritario, clientelar y con control en los medios de comunicación, pasos previos para la construcción de una dictadura.

Hoy México es un país con menos libertades y derechos, pero en Acción Nacional no le tenemos miedo a las condiciones que están generando. Supimos acabar con “la dictadura perfecta del PRI” y sabremos acabar con la aún más peligrosa “dictadura de las ocurrencias de Morena”.

Presidente Nacional del CEN del PAN.
@MarkoCortes