Se recuerda en estos días el centenario del triunfo bolchevique. Encabezados por Lenin se empoderaron en Rusia al grito de ¡todo el poder a los sóviets! y ¡paz, pan y tierra! Crearon un sistema político, económico y social inspirado en el paradigma del igualitarismo comunista. A pesar de sus proclamas iniciales, el socialismo real se convirtió en maquinaria totalitaria trituradora de seres humanos.

El régimen comunista fue una tragedia y así lo reconocen autoridades de la Federación de Rusia. El 30 de octubre Vladimir Putin, acompañado por Gorbachov, último de los zares con título de camarada secretario general y por Kiril, patriarca de la Iglesia Ortodoxa rusa, inauguró un memorial en honor de las víctimas de la represión de aquella pesadilla que duró setenta y cuatro años (1917-1991).

Obra del escultor Frangulian, se llama Muro del Dolor; está formado por 170 piedras procedentes de los diversos campos del Gulag —acrónimo de Dirección General de Trabajo Correccional y Colonias— como Solovki y Kolimá cuyos horrores son conocidos por las narraciones de sobrevivientes: Alexander Solzhenitsin en Archipiélago Gulag (1973), la novela Vida y Destino (1959) de Vasili Grossman, el documental Las mujeres del Gulag (2014) de Yarovskaya y el historiador Paul Gregory.

No fueron los únicos sitios en donde se llevó a cabo la carnicería bolchevique, hubo polígonos de fusilamiento y centros de tortura, la más temida Lubianka, cuartel general de la Cheka, policía secreta NKVD luego transformada en KGB, cuyos muros y archivos guardan los humores de muerte de miles de enemigos políticos sometidos a procesos aberrantes, estremecedoramente descritos por Vitali Shentaliski en su trilogía Denuncia contra Sócrates, Esclavos de la Libertad y Crimen sin Castigo (1996) sustentada en los expedientes de ese órgano criminal del Estado, así como el texto de Malcovati L ultimo atto de Vsevolod Mejerchol´d (2012).

Putin ha dicho en el evento: “ Los crímenes de la URSS no pueden tener justificación… Espero que esta fecha será entendida por nuestra sociedad como motivo para pasar página sobre los sucesos dramáticos… y que será un símbolo del perdón mutuo y de que la historia de nuestro país se acepta con sus grandes victorias y sus páginas trágicas”.

Kiril señaló: “Este horrible pasado no se puede eliminar de la memoria nacional. Y mucho menos justificar en nombre de un supuesto bien del pueblo”. El monumento forma parte de la rectificaciones y reparaciones históricas emprendidas por el Estado post bolchevique, a comenzar por la reconstrucción de la catedral de Cristo Redentor en Moscú.

Dicha iglesia se comenzó a construir en 1839, con Nicolás I, como remembranza de la victoria sobre la Grande Armée napoleónica y símbolo del triunfo ruso y de la fe ortodoxa, se concluyó en 1883, con Alejandro III. En 1931 Stalin ordenó dinamitarla para erigir en su lugar el Palacio de los Soviets, faraónico rascacielos que según el tirano debería ser el edificio más alto del mundo, rematado por una estatua de Lenin. Tal proyecto nunca se realizó y el solar lo ocupó una piscina que en invierno despedía vapores como hongo atómico. En 1995, Boris Yeltsin ordenó reconstruirla según los planos originales, tres años después se abrió al culto.

No todo fue sangriento y sórdido, también hubo resistencia satírica al régimen. Moni Ovadia recoge en Proletarios del mundo, ríanse (2007) una deliciosa y divertida colección de historietas y chistes (2007).

Remato este texto con uno corto: luego de la invasión a Checoslovaquia en 1968, el pueblo trabajador no canta mas el himno “La internacional” ahora entona “La intervencional”.

Analista político. @L_FBravoMena

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