A 38 días de que rindan protesta los nuevos legisladores que conformarán las bancadas de las fuerzas políticas que sobrevivieron al pasado proceso electoral, se empieza a dibujar a quiénes serán los interlocutores que permitan transitar hacia la posibilidad de un proyecto de nación con el equilibrio y consenso necesarios que toda democracia requiere.

Hoy más que nunca, como consecuencia del avasallador resultado electoral que obtuvo el virtual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, su partido está obligado a acreditar ante los ciudadanos madurez y oficio político.

Si bien es cierto que Morena dispondrá de un amplio margen de operación por el número de diputados y senadores con que cuenta, los temas a tratar en las diferentes cámaras tendrán la opción de que éstos sean validados o no por la oposición.

La opinión pública podrá observar si hay voluntad y talento para lograr el consenso en las muchas propuestas que en los últimos días ha dejado ver el próximo Ejecutivo federal. Está claro que algunas no serán desairadas, sobre todo por partidos vinculados con la izquierda, que ven la oportunidad de atender una agenda histórica que hoy parece coincidir.

López Obrador ha dado muestra clara de que efectivamente no busca revancha, ni venganza contra sus adversarios; y como lo había mencionado en mi anterior colaboración, colocar a Olga Sánchez Cordero a cargo de la política interior es un acierto, ya que con esta decisión evitó utilizar esa importante posición para atender fines políticos personales y venganzas guardadas.

Hay que recordar que la ministra difícilmente estará pensando en buscar la candidatura a la Presidencia en 2024, como algunos que arribaron cuando vieron que el tabasqueño contaba con efectivas posibilidades de ganar, así como otros y otras que lo han acompañado a lo largo de su proyecto político.

Y lo que parece es voluntad efectiva se fortalece más, con la decisión de otorgar a Ricardo Monreal la coordinación de la amplia bancada de senadores con que contará Morena. Monreal es un hombre con experiencia parlamentaria que sabe hacer política y que también sabe hacer a un lado sus pasiones de carácter personal para buscar acuerdos que favorezcan a los proyectos en curso.

Sin duda Monreal tendrá capacidad no sólo para atender la dinámica parlamentaria del Senado, muchos lo verán como el interlocutor válido y confiable que ayude a la concreción de la tan anhelada y mencionada unidad nacional. Su imagen polémica y muchas veces confrontativa, contrasta con la fama adquirida de que es un hombre que sabe honrar su palabra.

Ojalá el ejemplo de López Obrador se asuma en los próximos gobiernos de los diferentes estados donde Morena logró el triunfo electoral y sus próximos gobernantes dejen a un lado la soberbia y el empoderamiento que siempre es circunstancial y banal, y tengan claro que este ciclo puede ser de oportunidad para crecimiento y fortalecimiento político de su imagen.

No hay que olvidar que el momento más crítico puede ser el arranque del mejor momento para alguien; también es cierto que en ocasiones lo que parece ser el momento más sublime, se puede convertir en la peor pesadilla.

Lo importante de todo esto es que, hoy los que se colocan en la vitrina y ante el escrutinio público, aquellos que pasaron de ser juzgadores a juzgados, tendrán que ser muy cautos y acreditarán su inteligencia en la medida en que no permitan que la víscera y la pasión los desborde.

Ex secretario de Movilidad

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