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Las empresas Aldesem, de Grupo Aldesa, y Epccor, encargadas de la construcción del Paso Exprés de Cuernavaca, donde se abrió un socavón el pasado 12 de julio y murieron dos personas, tiene una historia de anomalías y experiencia “limitada”, en la edificación de carreteras.

En el caso de Epccor, propiedad de la familia Gutiérrez Cortina, obtuvo 12 contratos de 2012 a 2017, aunque su experiencia en carreteras es limitada.

En el sitio oficial de la compañía sólo se encontró un proyecto en Morelos, Chiapas y reconstrucciones en tramos aislados de las carreteras La Paz-Los Planes-Ensenada de Muertos y Los Barroles-El Cardonal.

Entre 2013 y 2017, Epccor ha obtenido contratos por un monto de mil 334 millones 976 mil 556 pesos, sin tomar en cuenta el contrato de la vía, en Morelos. El pasado 14 de julio, EL UNIVERSAL informó que “la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó irregularidades en la construcción de la autopista por más de 270 millones de pesos”, de acuerdo con la revisión de la Cuenta Pública de 2015.

“El órgano fiscalizador ordenó al Órgano Interno de Control de la SCT que investigue y, en su caso, inicie el procedimiento administrativo por los actos u omisiones de los servidores públicos que instruyeron a la empresa contratista a la que se adjudicó el contrato de obra pública”, para que efectuara modicaciones al proyecto original sin contar con la aprobación y autorización de las áreas responsables.

Epccor es propiedad de los hijos de Juan Diego Gutiérrez Cortina, dueño de Gutsa Infraestructura, compañía inhabilitada en 2007 después de que la SFP determinó que actuó de manera negligente en las obras de reparación de la Autopista del Sol, que hubo un retraso de más de mil días en los trabajos y recibió pagos indebidos.

Se conoce que la familia Gutiérrez Cortina abrió esta empresa para evadir la sanción de Gutsa y seguir obteniendo contratos del gobierno federal para obras importantes.

En el caso de la empresa Aldesem (encargada de la construcción del Paso Exprés), forma parte de Grupo Aldesa, una de las 10 constructoras más grandes de España, que llegó a México en 2008.

La empresa ha participado en obras de carreteras como: Autopista Durango-Mazatlán, la cual presenta desperfectos en puentes y túneles, la carretera Chalco-Cuautla, los túneles de la autopista Durango-Mazatlán, los de la autopista Toluca-Naucalpan y en algunas modificaciones de la autopista Siglo 21.

De 2012 a 2017, Aldesem consiguió 21 contratos con el gobierno federal. Dos de cada cinco con la SCT. Con Caminos y Puentes obtuvo dos y apenas este año consiguió uno de los más grandes: mil 242 millones 171 mil 349 pesos por la “Construcción del Edificio de la Torre de Control de Tráfico Aéreo del Nuevo Aeropuerto”, esta obra la ganó en convenio con Jaguar Ingenieros Constructores, de acuerdo con los datos de Compranet.

Además de la torre de control, también participará en la construcción de accesos y plataformas para la exploración geotécnica, rehabilitación de tramos de prueba y bacheo someros de caminos existentes dentro del terreno para el nuevo aeropuerto.

Ese proyecto también ha estado en medio en polémicas, porque el Nuevo Aeropuerto se pretende construir sobre el antiguo lago de Texcoco y se ha advertido sobre los riesgos de hundimientos. Los contratos que ha obtenido con la SCT, Capufe y estos últimos dos con el Grupo Aeroportuario le han generado ganancias de 2 mil 700 millones de pesos, de acuerdo con los datos del sitio Compranet.

EL UNIVERSAL también ha documentado que Aldesem y Epccor obtuvieron una calificación de 37.8 puntos, de 50 de la parte técnica.

Sus puntuaciones más bajas fueron en los apartados de sistema de aseguramiento de calidad y experiencia en obras. De los 4.4 puntos que valían estos indicadores, el grupo no obtuvo ninguno.

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