La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) atrajo la investigación de los hechos violentos ocurridos en el Centro de Readaptación Social (Cereso) de Acapulco, Guerrero, donde fallecieron 28 personas y emitió una recomendación para cinco centros de reclusión de esa entidad.

Anteriormente, la CNDH había señalado en agosto de 2016 y en mayo de 2017 las malas condiciones de internamiento que se vivían en esos penales. A través del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNPT) la CNDH emitió la recomendación 2/2017 al gobernador Héctor Astudillo por la subsistencia de condiciones que pueden derivar en tortura o maltrato a los presos en los penales de Acapulco, Chilpancingo, Chilapa de Álvarez, Iguala y Taxco.

El MNPT detectó en estos centros condiciones de autogobierno, insuficiencia de personal, sobrepoblación y hacinamiento, cobros indebidos y áreas de privilegios. En el Cereso de Acapulco se detectaron sanciones disciplinarias de hasta 30 días en condiciones de aislamiento. La CNDH informó al gobernador Astudillo que el MNPT estará pendiente de la atención que se brinde a estas recomendaciones,en particular la Secretaría de Seguridad Pública, que administra el sistema penitenciario estatal.

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