Alrededor de 10 pueblos de Guerrero tomaron las armas ayer en Mezcala, Guerrero, por la misma razón que lo han hecho otras localidades del estado: detener los asesinatos, secuestros, extorsiones, robos, balaceras y frenar la llegada de grupos criminales.

La mañana de ayer, cientos de hombres y mujeres se apostaron sobre la carretera federal Chilpancingo-Iguala, portaban escopetas calibre .22, reglamentada para el uso de los grupos de autodefensa. Casi todos con el rostro cubierto con un pañuelo y una playera blanca rotulada: “Policía Comunitaria. Carrizalillo”.

Eran los pobladores de 10 comunidades de los municipios de Eduardo Neri (Zumpango) y Tepecuacuilco, ubicado en la región Centro de Guerrero.

Los guardias civiles bloquearon con un tráiler y camionetas la vía durante una hora y media.

Hasta ese punto de Mezcala llegaron a respaldar al nuevo grupo de comunitarios, los integrantes del grupo de autodefensa del municipio de Heliodoro Castillo (Tlacotepec), ubicado en la Sierra, quienes apenas se conformaron el pasado 8 de mayo ante el asedio de la delincuencia en Tlacotepec, donde los grupos del crimen organizado disputan el control de los cultivos de amapola.

Entre las comunidades que conformaron el nuevo grupo están Mezcala y Carrizalillo. Mezcala es la puerta de lo que se ha denominado como el Cinturón del Oro en Guerrero, y en Carrizalillo se encuentra una de la minas a cielo abierto más grandes del país.

Sobre el surgimiento de este grupo de autodefensa, el vocero del Grupo Coordinación Guerrero (GCG), Roberto Álvarez Heredia, dijo que debe existir coordinación con las autoridades de los tres niveles de gobierno.

Afirmó que lo que motiva el surgimiento de los grupos de autodefensa “es la presencia de los grupos delictivos y la ausencia de una policía preventiva municipal que garantice una presencia permanente y que, hay que reconocer, es actualmente inexistente”.

Agresiones a la Iglesia. El obispo de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, reveló que en el mismo punto donde un grupo armado asaltó hace 15 días a siete reporteros, le quitaron la camioneta al obispo de Ciudad Altamirano, Maximo Martínez Miranda.

Al oficiar una misa con motivo de la 51 jornadas por las Comunicaciones, el prelado denunció también que otro grupo armado estuvo intimidando al obispo de Diócesis de Tlapa, Dagoberto Sosa Ariega, por derecho de piso.

En conferencia de prensa, Rangel Mendoza reiteró que parte de la solución de la violencia es establecer un diálogo con los grupos del crimen organizado como él lo ha hecho con varios líderes delictivos.

Rangel Mendoza informó que apenas hace unos días en una comunidad del municipio de Tetipac, en la zona norte, un grupo armado irrumpió por un conflicto con el jefe de la plaza y agregó que la situación se destensó por la intervención del párroco.

El obispo aseveró que a Guerrero están llegando grupos delictivos de otros estados, en específico, del Estado de México y Michoacán.

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