Poco después de las 00:30 horas del domingo salió de San Juan del Río, Querétaro, la última de las cuatro calderas gigantes, con rumbo a la refinería de Tula, Hidalgo.

Debido al exceso de dimensiones de las calderas, la Policía Federal apoyó reduciendo la circulación de los carriles de la autopista México – Querétaro, en los tramos comprendidos entre el kilómetro 158 y 148; desde las 22 horas de ayer sábado hasta las 6 de la mañana del domingo.

La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) ha informado que las cuatro calderas gigantes se dirigen desde el Puerto de Altamira, Tamaulipas hasta la refinería de Tula, Hidalgo, y forman parte de los seis tanques y dos torres fraccionadoras que tendrán que transportarse. Las dos calderas restantes y las torres fraccionadoras todavía no pasan por Querétaro.

Cada pieza mide más de 83 metros de largo, 11 metros de ancho y 13 metros de altura. Además, su peso es de aproximadamente 700 toneladas.

Por sus dimensiones ha sido necesario transportarlas vía terrestre a través de diversos estados de la República, con una velocidad promedio de cuatro kilómetros por hora.

Al convoy lo acompaña brigadas de avanzada que se encargan de desmontar postes, cableado, semáforos, entre otros objetos que pudieran afectar el paso de estos tanques.

A Querétaro llegaron el 2 de marzo y se mantuvieron paradas en la comunidad de El Pintillo, debido a que no contaban con permisos para circular por carreteras estatales. El 7 de marzo, la empresa Pesado Transport, recibió el permiso, luego de presentar una fianza por eventuales daños que podrían sufrir las vialidades.

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