Oaxaca.— “¡Vámonos, vámonos, vámonos… nos están disparando!”… “¡Me dieron, me dieron, me dieron! ¡Ya me jodieron!”... En plena retirada, Lamberto Reyes Carrasco recibió un disparo de arma de fuego en el muslo izquierdo que hoy lo tiene convaleciendo.

La batalla de Nochixtlán dejó lesionados a 25 policías de Oaxaca, en su mayoría por cohetones.

A las 5:00 horas del domingo 19 de junio, los policías salieron a las instalaciones de la Policía Federal en el entronque de la supercarretera Oaxaca-Cuacnopalan, en las cercanías de la Villa de Etla. De ahí partieron con los federales; antes de llegar al entronque con Nochixtlán, pararon al ver los bloqueos.

“Los comandantes invitaron a los manifestantes a que se retiraran; les hablaron bien, pero nos empezaron a gritar, a agredir con piedras, palos, cohetones; de ahí retrocedieron hasta la gasolinera, pero vino más gente”, explica.

Cerca de las 10 de la mañana, los manifestantes enfilaron hacia el centro de ese municipio mixteco. Ahí ocurrió una de las más cruentas batallas, que inició con el incendio de un tráiler cargado con pollos.

“Se comenzaron a escuchar disparos; les dije a mis compañeros que había que retroceder, en ese momento sentí algo calientito y cuando vi mi pantalón tenía un huecote”, recuerda el oficial.

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