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ZACATECAS.— Hijo de agricultores, promedio de excelencia, tranquilo, dedicado siempre al estudio, así es como describen sus familiares a Jobany Torres Becerra, el universitario que lleva 10 días detenido e incomunicado en una cárcel de Nicaragua, país donde realizaba prácticas profesionales.

Jobany, de 23 años, fue seleccionado para hacer sus prácticas profesionales en minas de Nicaragua, por ser el mejor promedio en la carrera de Ingeniería en Metalurgia de la Unidad de Ciencias de la Tierra de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).

Cruz Torres, de 53 años, describe a su hijo como “un muchacho muy bonito, muy estudioso, a veces se tomaba una que otra cervecilla, pero es muy respetuoso”.

Explica que era becario y vivía en la Casa del Estudiante de la UAZ, pero él lo apoyaba con “dinerito de lo que saco de las cosechas de temporal en las parcelas de frijol en la comunidad Casa Blanca, del municipio de Guadalupe”.

Juan Carlos platica que su hermano estaba feliz porque se acercaba la culminación de sus estudios.

Itzamary Guadalupe Robles, de 22 años y compañera de Jobany, platica que lo conoció en un baile, porque a ambos les gusta la música de banda. Días antes de su detención, el joven le dijo por teléfono que estaba muy triste por estar lejos de ella y de su familia, y que quería regresar.

El 1 de junio, Jobany fue detenido. La familia sintió impotencia para iniciar su búsqueda y decidieron pedir ayuda a través de las redes sociales; luego a los medios de comunicación, y finalmente lograron el apoyo de las autoridades de todos los niveles.

El embajador de México en Nicaragua, Miguel Ignacio Díaz Reynoso, confirmó que como el gobierno de Nicaragua no ha informado el motivo de la detención del estudiante zacatecano, se interpuso el recurso Hábeas Corpus, institución jurídica que busca evitar arrestos arbitrarios. “Hay un silencio largo y preocupante”, reiteró.

Dijo estar sorprendido por este caso, ya que las detenciones de mexicanos registradas son por investigaciones de narcotráfico y lavado de dinero, pero jamás se había presentado la retención de un universitario y mucho menos que no se diera respuesta. Por ello está en gestión ante la presidencia de Nicaragua, además de que el caso se ha comunicado a diferentes instancias de protección en América Latina.

En casa de Jobany, sus familiares aclaran que siguen preocupados, pero sienten el respaldo del gobierno. Ahora sólo esperan a que llegue el lunes para que las autoridades nicaragüenses den respuesta a las mexicanas.

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